El pensamiento cristiano y la psicología

por Revista Hechos&Crónicas

A finales del siglo XIX y principios del XX se vivió el auge del cientificismo en muchas de las disciplinas que conocemos en la actualidad. El pensamiento cristiano protestante vivió una de sus épocas más oscuras al convivir con la idea de los teólogos de la época, como, por ejemplo, el alemán Albrecht Ritschl, de tomar a la Biblia como un libro netamente histórico, quitándole los milagros para que ésta luciera como un documento histórico científico.

Por aquella misma época, hace su aparición Wilhelm Wundt en Alemania, específicamente en Leipzig, en el año de 1879, con sus experimentos científicos sobre el comportamiento humano, dando inicio a lo que más adelante se denominaría psicología. Desde sus inicios, también quisieron que la nueva disciplina luciera científica, aunque con el paso del tiempo, terminaron aceptando que está basada en subjetividades que no son fáciles de comprobar en un laboratorio científico. Para que fuera de esta manera, los conductistas, quienes fueron los que más adelante también utilizaron laboratorios experimentales, decidieron no trabajar la introspección (mirar dentro de sí mismo) en sus experimentos y tampoco quisieron tratar con lo que nosotros los cristianos conocemos muy bien, que es la conciencia en el sentido de la culpa o pecado que ayuda a cambiar. Evitaron definir desde el comportamiento humano, sobre los Principios Universales dados por Dios en la Biblia para que manejemos los conceptos de bueno y malo sin dar lugar a lo relativo.

Como bien sabemos y tal como lo dice C. S. Lewis (2006) en su libro Mero Cristianismo, “La razón alimenta la fe, y lo que hace perder la fe, son las emociones y la imaginación” (p. 150). Por tal motivo y siguiendo esta línea, los cristianos no estamos en contra de la razón y de lo que la humanidad ha logrado a través de ella, en cuanto al pensamiento y los adelantos científicos, ya que ésta alimenta la fe. Pero, en lo que no estamos de acuerdo, con disciplinas como la psicología, es en lo que la han convertido quienes se aferran a ella como tabla de salvación, dejando de lado, la existencia de Dios y especialmente, su Poder de cambio, a través de los milagros. Dios por medio de Su Espíritu Santo, es el Ser trascendente que no se puede meter en un experimento científico, para demostrar los cambios comportamentales que un ser humano evidencia cuando se convierte verdaderamente al cristianismo y prosigue su camino de regeneración.

La psicología es muy útil en diferentes campos de acción, pero para las transformaciones comportamentales en donde se necesita un milagro, nuestro Padre Celestial nos ha dejado su Espíritu Santo, para que, con disciplinas espirituales, como la oración, lectura de la Biblia, ayuno e incluso terapias psicológicas, pero teniendo a Dios como el Poderoso que hace milagros, podamos cambiar para el bien de quienes nos rodean.

Los maestros de la Unidad Educativa de Casa Sobre la Roca, hemos visto procesos de madurez de estudiantes (incluso, de nosotros mismos), que luego de trasegar por estudios con el uso de la razón, han comprendido realmente lo que significa el cristianismo y el comportamiento de un verdadero cristiano de corte protestante.

Por: Paola Vélez. Docente de la Unidad Educativa de Casa Sobre la Roca. – uebogota.paolavelez@casaroca.org – www.paolavelez.com

Foto: Bret Kavanaugh – Unsplash (Foto usada bajo Licencia Creative Commons)

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