Un plan de vuelo

por Revista Hechos&Crónicas

Es bueno que cada vez que tomamos una carretera sepamos hacia dónde vamos, cuál es la dirección correcta, y dónde es el punto de llegada. Esto es lo que los pilotos conocen como un plan de vuelo, que les permite tener claridad de hacia dónde quieren ir y cómo podrán hacerlo. Quizás hoy, basta con saber hacia dónde y el GPS hace el resto. Pero sabemos que queremos ir al norte y no al sur.

Muchas veces, las personas se encuentran logrando victorias vacías, éxitos conseguidos a expensas de cosas que súbitamente se comprende que son mucho más valiosas, esto se conoce como victorias pírricas. Personas de todas las clases sociales a menudo luchan por lograr ingresos más altos, mayor reconocimiento o un cierto grado de competencia profesional, solo para descubrir que  su ansiedad por alcanzar la meta les ha privado de cosas que realmente importan y que ya han quedado  fuera de sus posibilidades.

Por estas razones es importante trazar un plan de salida y destino, un camino a recorrer previendo las dificultades que podemos llegar a enfrentar. De esta manera los inesperados impedimentos repentinos que surgen en el camino, no nos tomarán por sorpresa.

Cuán distinta es nuestra vida cuando sabemos qué es lo verdaderamente importante para nosotros, y, manteniendo ese cuadro en mente, actuamos cada día para ser y hacer lo que en realidad nos interesa, nos hace bien y nos acerca a la meta.

El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental y luego una física, como cuando se construye una casa.

Todas las cosas se crean dos veces, pero no todas las primeras creaciones responden a designios conscientes. En nuestras vidas personales, si no desarrollamos autoconsciencia y no nos hacemos responsables de las primeras creaciones, estamos permitiendo por omisión que otras personas y las circunstancias que están fuera del círculo de influencia den forma a gran parte de nuestra vida. Viviremos reactivamente los guiones que otros han puesto en nuestras manos.

La Biblia es nuestro gran libro de planes de Dios para nuestra vida. En ella descubrimos de qué manera el Señor nos acompaña en la toma de cada una de las decisiones que dejamos en sus manos. Al hacerlo, la ansiedad de culminar lo que no se ha comenzado es transformada en confianza absoluta del Creador. Pienso en el versículo 7 del capítulo 5 de Primera de Pedro dice: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. Este versículo da cuenta de la necesidad de no sólo hacer un plan de vuelo, sino de confiar en el más grande piloto de tormenta que nos llevará a destino sanos y salvos.

Quiero animarte hoy a pensar en los desafíos de tu vida como un viaje de vacaciones bien planificado. Haz tus planes. Toma en cuenta en qué necesitarás involucrarte activamente y en qué no. Cuál será el costo de alcanzar metas propuestas. Calcula qué sucedería si algún imprevisto surge. Y fija el rumbo hacia el lugar donde quieres llegar. Y antes de todo esto, eleva una oración a Dios pidiéndole sabiduría.

Por: Esteban Fernández. Director del Ministerio Latino de Bíblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.

Foto: Nick Seagrave – Unsplash (Foto usada bajo Licencia Creative Commons).

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