Si Dios nos ama ¿Por qué tenemos que sufrir?

por Revista Hechos&Crónicas

Imagina que alguien creara un robot para que lo ame… esto ni se compara con que otra persona libremente  decida amarte, ¿verdad? Bueno, por eso Dios nos dio «libre albedrío», lo que quiere decir que tenemos la posibilidad de elegir entre creerle y obedecerle, o ignorar sus instrucciones y hacer lo que mejor nos parezca a pesar de que las consecuencias nos hagan sufrir.

Cuando, usando este libre albedrío, tomamos decisiones desafiando las instrucciones de Dios para nuestras vidas, entonces quedamos expuestos a situaciones que nos harán sufrir a nosotros y a otros. Paralelamente, estamos expuestos a sufrir a causa de los pecados de otros, los cuales nos pueden afectar de diversas formas. En resumen podríamos decir que la mayor causa de sufrimiento en el mundo es la necedad del hombre al desafiar las leyes de Dios.

Pero, ¿y qué del sufrimiento que no es consecuencia de un pecado personal? En la Biblia encontramos explicaciones sobre algunos de los motivos que Dios puede tener para permitir que pasemos por un tiempo de sufrimiento.

Por ejemplo, puede que el Señor esté permitiendo que pasemos por una situación de sufrimiento para impulsarnos a volver a sus caminos (Leer Salmos 119:67). Aquí el salmista reconoce que andaba descarriado, y el sufrimiento que experimentó lo hizo volver al Señor.

En 2 Corintios 1:4 descubrimos que a veces Dios permite una situación dolorosa pero a la vez nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. O sea que lo permite para que podamos comprobar cómo Él nos consuela, y a partir de esa experiencia podamos ser útiles para consolar a otros.

Ahora quiero mostrarte otro posible motivo para que alguien sufra, que el mismo Señor nos revela que puedes leer en Juan 9:1-3. Aquí podemos ver que un hombre había sufrido mucho por ser ciego, pero Dios usó esa situación para mostrar a muchos su amor. Es decir que una situación de sufrimiento puede ser utilizada por Dios para que, al intervenir en ella, se pongan de manifesto su gloria y su poder.

Por último quiero decirte algo que es quizás lo más importante para comprender los propósitos de Dios en permitir que suframos: Dios quiere que sus hijos lleguen a ser maduros y con un carácter que muestre el fruto del Espíritu Santo. Las pruebas y dificultades que enfrentamos, cuando lo hacemos de la mano de Jesús, perfeccionan nuestro carácter y nos ayudan a madurar. Muchas veces es en los momentos de sufrimiento cuando más buscamos a Dios, y si lo hacemos, no sólo salimos fortalecidos de la prueba sino que también llegamos a conocer a Dios de maneras nuevas. Y esto es lo que el Señor busca, que cada día lo conozcamos mejor, para que cada día lo amemos más y confiemos más en Él.

Por: Lucas Leys. Fundador del ministerio Especialidades 625, pastor, teólogo y autor de varios libros.

Foto: Claudia Wolff – Unsplash (Foto usada bajo licencia Creative Commons)

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