Marihuana, ¿maldita o milagrosa?

por Revista Hechos&Crónicas

Muchos aseguran que la planta de la cual sale la principal sustancia psicoactiva ilegal del mundo tiene efectos verdaderamente milagrosos en la salud.  Hechos&Crónicas investiga.

Cuando a usted le hablan de marihuana medicinal, ¿qué es lo primero que viene a su cabeza? ¿Trabarse para que se le quite el dolor? Suena burdo, pero de alguna manera era lo que yo pensaba… que para ciertas dolencias extremas o enfermedades que el sistema de salud denomina “catastróficas” había que dedicarse a fumar hierba. Y la verdad es que al comenzar a investigar me di cuenta que los ignorantes en el tema somos muchos y que las cosas no son como parecen.

El caso de Cecilia

Cecilia Escobar es una mujer de 62 años. Desde los 50 fue diagnosticada con artrosis y hace un par de años estuvo a punto de ser operada de su rodilla izquierda. Sin  embargo, su hija, que vive en Canadá, la llevó a un médico en ese país que le recetó un ungüento a base de cannabis. Los dolores y la inflamación mejoraron y Cecilia no tuvo que someterse a ninguna intervención quirúrgica. “Mis amigas me molestan porque soy consumidora de marihuana. (Risas) pero la realidad es que no estoy interesada en fumar hierba ni en los alucinógenos, lo que a mí me interesa es no sentir más dolor en mis rodillas ni en mis articulaciones y para eso la marihuana me ha sentado muy bien”. Como Cecilia, existen muchas personas que han encontrado en el cannabis, la solución a sus quebrantos de salud.

Un poco de historia

La marihuana o cannabis sativa es una especie herbácea de la familia Cannabaceae. Es una planta anual, dioica, originaria de las cordilleras del Himalaya, Asia, clasificada por primera vez por Carolus Linnaeus en 1753. Data del año 4.000 a.C., en épocas muy antiguas de la humanidad, mucho antes de la era cristiana, con usos textiles y rituales. En el continente americano la planta fue introducida por los españoles, en el siglo XVII, que la usaban como fibra de amarre para sus buques. Con el paso del tiempo estos usos del cannabis fueron cambiando y en las diferentes sociedades surgieron las aplicaciones medicinales y recreativas. Actualmente es la sustancia psicoactiva ilegal de mayor consumo en el mundo, de acuerdo con el Informe Mundial de Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito.

Debido a este auge en el controvertido uso “recreativo”, el debate sobre la legalización de la marihuana se ha vuelto inagotable y ha puesto sobre la mesa los múltiples usos de esta planta, tales como el terapéutico, medicinal e industrial. En Colombia, todo esto se reavivó luego de la promulgación de la ley 1787 de 2016, conocida como la ley Galán, que permite el cultivo y fabricación de insumos y productos de esta planta con propósitos medicinales.

Esta ley tiene a Colombia como naciente potencia en la producción de Cannabis para uso medicinal, lo que le permite “entrar en la pelea por un mercado global de la marihuana legal que podría alcanzar US$146.000 millones para el año 2025”, según un informe de Grand View Research.

Foto: Add Weed – Unsplash

Cannabis no es solo uno

De acuerdo con Vincenzo Di Marz, catedrático de Investigación de Excelencia de Canadá sobre el Eje Microbioma/ Endocannabinoide en la salud metabólica (MEND) en la Universidad Laval, Quebec, Canadá y Director de Investigación en el Instituto de Química Biomolecular del Consejo Nacional de Investigación (ICB-CNR) en Nápoles, Italia, “cuando se habla sobre el cannabis, muy pocos recuerdan que su verdaderas o presuntas propiedades se deben a sus componentes químicos: sus fibras (que se componen de hidratos de carbono complejos y proteínas) para su uso en la industria textil y demás industrias tecnológicas; las proteínas y ácidos grasos (y también fibras) de sus semillas para su uso en alimentos y, posiblemente, en la industria nutracéutica; y para uso recreativo y terapéutico de la flor del cannabis, una clase típica de compuestos de origen biosintético mixto, los cannabinoides. De hecho, hay distintas variedades de C. sativa con composiciones químicas diferentes que justifican sus diferentes usos”.

Es decir, existen diferentes “tipos” de cannabis, derivados de sus componentes químicos, razón por la cual es posible (y en muchos casos recomendable), separar el uso recreativo (alteración del estado de ánimo, euforia y otros efectos psicoactivos) del uso enteramente terapéutico o medicinal (utilizado principalmente para controlar los síntomas de afecciones que van desde la espasticidad, inflamación, dolor, convulsiones y enfermedades neurodegenerativas, síndrome metabólico hasta el cáncer.

“Con el fin de desarrollar con seguridad los tratamientos de esta planta, necesitamos entender cómo este tipo de preparaciones difieren en sus composiciones de cannabinoides que ejercen efectos psicotrópicos y terapéuticos (es decir,Δ9tetrahidrocannabinol [THC]) o solamente lo segundo (por ejemplo, el cannabidiol [CBD]). Además, dado que los cannabinoides de todas las plantas se encuentran presentes principalmente en las flores del cannabis como precursores del ácido carboxílico, del que se producen tras la desecación o por la descarboxilación inducida por calor, incluso para una determinada variedad de cannabis, el tipo de cannabinoides que contiene depende del almacenamiento y tratamiento de la flor. Finalmente, los cannabinoides son compuestos lipofílicos (que no se disuelven fácilmente en el agua) y, por lo tanto, cualquier preparación de flores de cannabis que se desee utilizar con fines terapéuticos deberá tener en cuenta que las rutas de administración como infusiones orales no podrán proporcionar las cantidades de estos compuestos suficientes para producir el efecto deseado”.

Según Jairo Téllez, toxicólogo de la Universidad Nacional de Colombia: aparte del uso recreativo, esta planta posee compuestos químicos de los que se ha comprobado su efectividad en el tratamiento de distintas enfermedades. De acuerdo con la evidencia científica, los derivados del cannabis son usados para tratar cinco grupos de enfermedades.

Primer grupo

Integra afecciones inflamatorias crónicas como la artritis reumatoidea o la artrosis que puede presentarse en rodilla, cadera, codo y columna. “Estas enfermedades las padece un gran número de personas y actualmente el único recurso es una serie de medicamentos efectivos, pero producen efectos secundarios como irritación en el estómago, entre otros”, describe el toxicólogo  y señala que para estos casos los derivados del cannabis –específicamente cannabinoides–aplicados localmente, disminuyen el dolor y la inflamación en los tejidos mejorando la calidad de vida de los pacientes.

Segundo grupo

Tiene que ver con las enfermedades que producen dolor como el cáncer en etapa terminal. También hacen parte de este segmento fracturas de vértebras, fémur o de cadera. “Son condiciones muy dolorosas y estos medicamentos, derivados de la marihuana, son útiles porque disminuyen el dolor”.

Tercer grupo

Personas con enfermedad de Párkinson también se pueden beneficiar, porque la falta de coordinación en las extremidades se puede aliviar con el compuesto activo que afecta los músculos rígidos. En este caso, como antiinflamatorio, reduce la rigidez muscular que ocasiona los movimientos erráticos. No cura la enfermedad, pero sí mejora los síntomas y la calidad de vida.

Cuarto grupo

La cuarta  utilidad médica comprobada ocurre en los tratamientos de quimioterapia contra el cáncer que entre sus efectos secundarios causa el vómito incontrolable y la pérdida del apetito. Los medicamentos diseñados para estos pacientes en particular, contienen los canabinoides con pequeñas cantidades del compuesto llamado tetrahidrocannabinol, generando una relajación de los esfínteres digestivos y quitando la sensación de náuseas y los vómitos. Además, mejora el apetito.

Quinto grupo

En este grupo de afecciones están las lesiones severas como los traumas craneoencefálicos, mencionados al principio, que sumados a hemorragias internas, pueden derivar en trombosis. La acción antiinflamatoria potente disminuye el efecto de las hemorragias en este tipo de traumas.

Las anteriores corresponden a los casos en los que hay evidencia médica suficiente, pero actualmente se estudia la acción de los compuestos para afecciones como el glaucoma, alzhéimer, epilepsia, entre otros casos.

Foto: Malekas – 123RF

Fumar marihuana no es medicinal

Al analizar todos estos beneficios, aclaramos el primer cuestionamiento: “en las aplicaciones terapéuticas de la planta no se utiliza, ni se recomienda fumar la planta, por el contrario, a partir de los beneficios descritos es necesario especificar qué parte de la planta es útil para aplicaciones médicas”, asegura Téllez.

“Para usar los compuestos medicinales fue necesario levantar la prohibición que existía sobre la planta para poder investigarla. El uso recreativo o fumar no es recomendado porque la combustión causa los mismos males que el cigarrillo”, explica Jairo Cepeda, toxicólogo de la Universidad del Norte, en Barranquilla.

Para los investigadores, existen dos grupos de componentes químicos contenidos en la marihuana: El THC (tetrahidrocannabinol), (descubierto en Israel en 1964 por el investigador Raphael Mechoulam como el principal compuesto psicoactivo de la marihuana). Existe otro grupo de sustancias denominadas cannabinoides, que no tienen efectos psicoactivos y son potentes antiinflamatorios y analgésicos usados por la industria farmacéutica.

Los cannabinoides son sustancias químicas capaces de activar un sistema fisiológico presente en el cuerpo y el cerebro de todos los mamíferos, incluidos los seres humanos, llamado sistema endocannabinoide. Este sistema tendría como misión regular el buen funcionamiento del resto de los sistemas que forman parte del organismo. Se descubrió que de la misma forma como produce estimulantes como adrenalina o endorfinas, el cuerpo también genera por sí mismo endocannabinoides.  Estas sustancias son parecidas a las contenidas en la marihuana que, en el caso de la planta, son llamados fitocannabinoides.

Los fitocannabinoides son aquellos sintetizados naturalmente por la planta de cannabis. En la actualidad se han identificado cerca de cien, pero los más comunes o relevantes son:

  • Delta-9-tetrahidrocannabinol (Δ9-THC en su formulación química, conocido popularmente como THC). Es el principal componente estimulante de la planta. Actúa como euforizante, analgésico, antiemético y antiinflamatorio.
  • Cannabidiol (CBD). Reduce el efecto psicoactivo del THC. Actúa como ansiolítico, antipsicótico, analgésico y antiespasmódico. Es el más utilizado en la industria farmacéutica e incluso en la cosmética.
  • Cannabinol (CBN). Se produce al oxidarse el THC. Actúa como sedante, anticonvulsivo, antibiótico y antiinflamatorio.
  • Cannabicromeo (CBC). Se cree que actúa intensificando el efecto del THC. Actúa como antiinflamatorio, antimicótico y analgésico.

El uso original de la marihuana

Para muchos, la marihuana es una planta maldita que ha traído dolor y tristeza para quienes la consumen y para sus familias, debido a la alteración de la conciencia, las reacciones eufóricas y los sube y bajas de emociones y claro, a la adicción que genera, que en la mayoría de casos se sale de control. Sin embargo, hay algo que debemos contemplar. ¿Para qué puso Dios esta planta en la tierra?

El médico y pastor de Casa Sobre la Roca, Mario Arcila, asegura: “Lo que se ha visto y de acuerdo a los estudios, está demostrado que la marihuana es un excelente producto medicinal. Cuando vemos los usos que le dan los indígenas, nos damos cuenta que realmente quienes la usamos mal somos nosotros. Es el hombre quien pervierte los usos de las cosas”.

Y es verdad. La marihuana en sí, no es una planta maldita. Está dotada de cualquier cantidad de propiedades curativas, presentes en la flor y que dependen del género de la planta. Acorde con esto, Téllez asegura que “a la sociedad le debe quedar claro que esta decisión del Estado no va a reducir el narcotráfico, ni va a aumentar el consumo de marihuana, se trata de un medicamento destinado a personas enfermas de ciertas patologías, una solución para mejorar la salud”.

El toxicólogo Jairo Cepeda comenta que la aprobación de la marihuana para usos médicos abre un nuevo campo de investigación para el sector nacional de la salud y la producción de medicamentos: “Hay muchas medicinas creadas con esos compuestos usadas en todo el mundo hace mucho tiempo, como unas gotas para los ojos que mejoran el glaucoma, entre otros fármacos que manejan el compuesto activo que podrá usarse en Colombia.

El siguiente paso es un proceso de educación del sector de la salud y de la sociedad. Para obtener estos beneficios debe existir un proceso científico.

Desde el cultivo de las plantas hasta los procesos de laboratorio deben cumplir unas normas y estándares. La gente no se debe auto medicar y sobre todo, debe quitarse esa idea de que los síntomas de sus afecciones mejorarán simplemente con fumarla, porque en la mayoría de casos no será así”, advierte Cepeda.

“La marihuana tiene tantas propiedades que se han descubierto… entre ellos que como analgésico es excelente. Yo, por ejemplo, estoy tomando unas gotas homeopatizadas para la apnea, y la uso localmente como ungüento para masaje, analgésico, es excelente”.

Es un concepto de mayordomía. Dios nos dio las plantas del campo para que aprovecháramos sus efectos, La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. Génesis 3:18, pero en nosotros está el uso que le demos, pues Dios se fija en las intenciones de nuestro corazón y como dice Pablo: «Todo me está permitido», pero no todo es para mí bien. «Todo me está permitido », pero no dejaré que nada me domine. 1 Corintios 6:12.

Cannabis medicinal en cifras

US$150.000 millones es el estimado que mueve el negocio de la marihuana medicinal cada año. 5 centavos de dólar puede costar producir un gramo de flor en Colombia, mientras que en Canadá o Estados Unidos la cifra es de US$1,30 a US$2. La explicación es lógica: clima tropical que favorece el crecimiento de la planta, una mano de obra más barata y disponibilidad de grandes áreas de cultivo. Un invernadero puede requerir inversiones en Norteamérica por US$1,5 millones, mientras en Colombia puede ubicarse entre US$100.000 y US$200.000, de acuerdo con un informe presentado por la Revista Dinero.

Por: María Isabel Jaramillo – Twitter:

Fotos: Rick Proctor  – Unsplash // Add Weed – Unsplash // Malekas – 123RF

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