¿Atracción sexual en niños?

por Revista Hechos&Crónicas

Muchos padres nos preguntamos cuál es el mejor momento para comenzar a hablar sobre sexualidad con nuestros hijos. ¿Cuándo notemos que comienza el morbo? O ¿Cuándo comience el gusto de nuestros hijos por el sexo opuesto? Y a todas estas, ¿cuándo comienzan los niños a sentirse atraídos por el sexo opuesto?

La sexualidad en los niños es un tema innato. No es algo que deba hablarse solamente una vez en la vida a manera de conversación trascendental, sino cotidianamente, pues es parte de lo que Dios diseñó en nuestros cuerpos y como forma de vida.

Mi hijo de cinco años siempre ha parecido tener atracción por el sexo opuesto, incluso por mujeres mayores. No es que le interese tener una relación o algo físico, para nada. Simplemente se nota. Hace poco tuvimos una conversación en la que me dijo con mucha naturalidad que le gustan las niñas y yo con la misma naturalidad le dije que estaba bien. Todavía le disgusta tomarlas de la mano y el tema de los besos le da físico asco (como es normal en su edad). Sin embargo, decidí asesorarme Christian Martínez Monge, Psicólogo clínico y especialista en sexualidad afirma que “los niños comienzan a ser más conscientes de las normas sociales a partir de los seis años de edad y ello les permitirá comenzar a regular su comportamiento respecto a su lenguaje y sexualidad. Es en esta etapa cuando comienzan a ser más pudorosos y recatados y por ello se dan cuenta qué palabras se consideran malas y que no pueden exponer su cuerpo ante amigos sabiendo lo que es privacidad. Desde allí, hasta los ocho o nueve años se vuelve algo usual el querer buscar situaciones con contenido sexual (chistes rojos, bromas sobre genitales o ropa interior, videos, dibujos, revistas, etc).

Así, comienza a aparecer fantasías más ligadas al romanticismo, ‘enamoramiento’ y gustos por otros niños o niñas”. Una investigación realizada a cerca de 10 mil adolescentes escolarizados urbanos de 12 ciudades del país, entre los 13 y 18 años, reveló algunas particularidades de su estilo de vida, como el inicio de la vida sexual a temprana edad y la falta de comunicación con sus padres sobre el tema.

“A los adolescentes muy poco les hablan sobre cómo aprender a decir no cuando les proponen tener relaciones sexuales (entre 12 y 17%) y cómo identificar si la persona con la que están saliendo es la adecuada (entre 14 y 16%)”, dice un aparte del texto.

Sobre los temas que a las mujeres les gustaría hablar más con sus padres, pero que por falta de confianza no lo hacen, se destacó los asuntos sobre embarazo adolescente (57%), Sida y enfermedades de transmisión sexual (47%), preservativos y anticonceptivos (46%). Y a ellos, sobre preservativos (37%), drogas y consumo excesivo de alcohol (42%). Según el estudio, liderado por el Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, “a los adolescentes muy poco les hablan sobre cómo aprender a decir no cuando les proponen tener relaciones sexuales (entre 12 y 17%)”. Este es un punto de gran trascendencia, pues incide directamente en el inicio de la vida sexual en los jóvenes. De los encuestados con vida sexual activa, los hombres aseguraron haber iniciado a los 13 años y las mujeres a los 15.

El pastor Darío Silva-Silva en su libro ‘Sexo en la Biblia’ habla de la importancia de comenzar estos temas desde pequeños. “Creemos que la educación sexual debe darse desde la más tierna infancia, en forma natural y espontánea, con claridad pero sin concesiones a la procacidad. En los inicios de la pasada centuria, un clérigo de Hamburgo, el hoy ignorado pastor Mahling, proclamaba con sabiduría que no le fue reconocida entonces y que, aun hoy, muchos pasan por alto en grupos que se dicen cristianos: Estoy con la franqueza absoluta porque creo que ocultar las cosas naturales bajo un ropaje engañador puede ser más nocivo que la revelación de la verdad. Nadie ha sido jamás, hasta ahora, corrompido por la verdad, mientras es notorio el daño ocasionado por la prevaricación. Estamos, pues, con el esclarecimiento de la juventud. La cuestión estriba en saber cómo y cuándo esa ilustración ha de tener lugar.

Gracias a Dios, ya se cuenta con maravillosos manuales que adiestran a los padres sobre la correcta forma de iniciar a los niños y avanzar a los jóvenes en materia de sexualidad; pero, lamentablemente, muchos grupos cristianos dejan reposar tales textos en los anaqueles de las bibliotecas sin echarles una mirada. A la hora de dar respuestas, los líderes se limitan a ofrecer frases prefabricadas que aumentan las inquietudes en vez de solucionarlas”.

No aplace ese tema con sus hijos pensando que son muy pequeños, por el contrario, comience a hablarles con claridad desde que son bebés y usted les cambia el pañal. Comience por llamar a las cosas por su nombre y ser honesto. Así se convertirá en la persona a quienes sus hijos recurran cuando necesiten más información.

La doctora Laura Rocker, psiquiatra de niños y adolescentes para el hospital de niños de Akron, sugiere que la educación sexual debe comenzar “desde el nacimiento. Los niños deben saber las palabras apropiadas para describir sus genitales, así como las otras partes del cuerpo. Si te muestras tranquilo y natural hablar al respecto, esto prepara el ambiente para conversaciones futuras cuando se vuelva a presentar el tema. No necesitas abundar en más detalles que los que te piden para responder una pregunta. Sabrás cuando el niño necesite más información, porque es probable que lo pregunte después”.

“Josh McDowell también hace referencia al tema en su libro ‘Habla claro con tus hijos sobre el sexo”: La ignorancia es peligrosa y puede ser muy destructiva. Sin embargo, el buen conocimiento, combinado con una relación de amor con los propios padres, es el factor principal para guiar a tu hijo a que comprenda que el sexo es un diseño de Dios.

Una regla muy sencilla es que si hablas con tus hijos cuando son pequeños, tanto tú como dices sentirán más cómodos para hablar cuando sean mayores. Lo opuesto también es verdad. Se trata de hablar lo adecuado según la madurez en vez de lo adecuado según la edad.

Recuerda, no importa la edad que tenga tu hijo, nunca es demasiado tarde para empezar a hablarle del hermoso regalo de la sexualidad que nos ha dado Dios. Al empezar a hablarles cuando son pequeños, estarás construyendo una relación de confianza que surtirá efecto cuando sean mayores.

Por: María Isabel Jaramillo – @MaiaJaramillo

Foto: 123RF

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