Cuando iniciamos una relación de pareja, adquirimos un compromiso de fidelidad con el otro que, si se quebranta, puede acabar con la confianza y hasta con la relación.
Cuando nos casamos, el compromiso de amor, fidelidad y exclusividad se hace más serio, porque es eterno. Además, esperamos que se cumpla para disfrutar de nuestro cónyuge sin amarguras ni desconfianza.
Todos tenemos claro en qué consiste una infidelidad y cómo está clasificada incluso dentro de la ley. Sin embargo, las nuevas tecnologías han traído un nuevo concepto que, por su nombre, pareciera tratarse de algo sencillo y sin importancia, cuando realmente se trata de una gran amenaza para la relación matrimonial.
Las “microinfidelidades” son un concepto acuñado por la psicóloga australiana Melanie Schilling, cuando observó cierto comportamiento de las parejas que acudían a su consulta. Según ella, “las microinfidelidades son una serie de acciones aparentemente pequeñas que indican que una persona está centrada emocional o físicamente en alguien ajeno a la relación. Son aquellas infidelidades sutiles que normalmente se producen mediante el uso de las nuevas tecnologías por parte de uno de los miembros de la pareja con otra persona, siempre de manera virtual y sin contacto físico”.
El hecho de que ocurran a través de nuevas tecnologías como redes sociales y que generalmente no incluyan contacto físico las pone en lo que para muchos es una “zona gris”. Aparentemente no están haciendo nada malo, pues ni siquiera han llegado a encontrarse con la tercera persona. Además, la sociedad no ve con malos ojos que dos personas que se gustan puedan “coquetearse” virtualmente si finalmente no se llega a nada físico.
Incluso se muestra como “tóxico” el comportamiento de la pareja que exige que se abandonen estos coqueteos.
¿Qué es una microinfidelidad?
Como ya se ha establecido, se trata de un contacto virtual con una o varias personas en el contexto de las nuevas tecnologías, en su mayoría, a través de redes sociales, donde se ha normalizado esta práctica e incluso se ha acuñado el término anglosajón “cushioning” (que puede traducirse como “amortiguación o ciberengaño”). Aquí traemos algunos ejemplos:
Conversaciones con alguien que te gusta o a quien le gustas
No es que las conversaciones estén prohibidas, lo que importa es la motivación. Si sabes que le gustas a una persona o esta de alguna manera te atrae, ¿qué necesidad tienes de entablar ciertas conversaciones? Corta con cualquier tipo de conversación que pueda prestarse para malinterpretaciones o convertirse en una tentación. Si debes esconder esa conversación de tu cónyuge, seguramente.
Coqueteo encubierto
Estas son conversaciones un poco más profundas, debido a que incluyen un tono seductor, aunque disimulado. Aparentemente no está ocurriendo nada, pero en el fondo se está coqueteando con el otro, buscando algo más.
Reaccionar o dar likes a alguien que te gusta
¿Por qué lo haces? De hecho, ¿por qué lo sigues? ¿Por qué necesitas ver las publicaciones de alguien que te causa atracción? Todos somos susceptibles de sentir atracción por alguien diferente a nuestra pareja, lo importante es la motivación que tienes para hacerlo. No está mal dar un like, lo que está mal es lo que ocurre en tu interior con ese like.
Conversaciones subidas de tono, fotos o videos con alguien más
¡Ojo! La seducción es solo para tu cónyuge. Nadie tiene por qué recibir de ti palabras, imágenes o videos subidos de tono. No hay nada que lo justifique, pues tu cuerpo pertenece exclusivamente a tu pareja.
Hablar mal de tu pareja con otra persona
Nunca se debe hablar mal del cónyuge, pero menos con alguien a quien sabes que le gustas. Cuando tengas un inconveniente, como ocurre en cualquier matrimonio, debes cuidar quién se entera, una tercera persona buscará empeorar la situación en vez de corregirla.
Cultivar pensamientos o sentimientos por alguien más
Volvemos al tema de que somos humanos, podemos sentir atracción por otra persona, pero debemos pararla a tiempo. Mantener presente la tentación viendo fotos y videos o siguiendo a otras personas, tarde o temprano nos llevará a pecar. De la tentación siempre es mejor huir.
Ocultar el manejo de tu dinero
La infidelidad financiera también existe. Mucho más en la actualidad cuando se pueden realizar todo tipo de compras y transacciones en línea. Nada que ocultes a tu pareja es algo bueno.
La clave está en la motivación
Tú sabes si le gustas a alguien y estás alentando esos sentimientos con una conversación. Tú sabes si alguien te atrae y estás permitiendo que las cosas avancen. Tú sabes qué piensas o sientes cuando vez una foto o hablas con alguien. Recuerda que no se es un poco infiel. Eres completamente fiel o definitivamente no lo eres.
Por eso mantén pura tu relación de pareja. No es que esté mal que hables con otras personas. Se trata de que seas radical en tus comportamientos conociendo tus sentimientos, intenciones y debilidades. No te creas fuerte ante la tentación, pues la Biblia dice: si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. 1 Corintios 10:12
Este no es un tema para justificar frente a tu pareja. Tu cónyuge puede creerte o, de hecho, puede que ni siquiera se entere, pero se trata de lo que ocurre en tu corazón. Puede que nadie lo note, pero en tu interior, tú lo sabes.
Jesús fue muy claro cuando dijo que el adulterio realmente ocurre en el corazón, aunque nunca se llegue a algo físico, así que mantén íntegro tu matrimonio a través de la pureza de pensamiento, limpieza de corazón e integridad en la conducta.
Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Mateo 5:27-28.
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