Cuida tu mente

por Revista Hechos&Crónicas

Nuestra salud mental es igual de importante que nuestro bienestar físico y espiritual, pues esta repercute en la vida diaria e influye en nuestra relación con Dios.

La salud mental es un tema común pero que poco se le presta atención. A simple vista, pareciera que todos llevaran una vida maravillosa y en redes sociales la gente se ve feliz y parece que logra muchas cosas. Comparamos todo el tiempo nuestro estilo de vida con la de los demás y no entendemos por qué nosotros sí estamos llenos de problemas y nos sentimos frustrados, estresados y tristes.

¡Para un momento y deja de compararte! Todos los seres humanos pasamos por altas y bajas en la vida, pero a simple vista no nos damos cuenta del estado de la salud mental de la otra persona. Cada vez es más común que las personas sean ansiosas, tengan crisis nerviosas, estrés y depresión; sin embargo, muchos prefieren fingir que todo está bien por temor a ser juzgados e incomprendidos.

¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. Romanos 14:4.

¿De qué se trata cuidar la mente?

La salud mental es el bienestar cognitivo, conductual y emocional. Esto define la forma en cómo pensamos, sentimos y nos comportamos. Muchos científicos dicen que es la ausencia de un trastorno mental como la ansiedad, la depresión y el estrés, generalmente ocasionados por factores socioeconómicos y biológicos.

Según la Organización Mundial de la Salud, “la salud mental es un estado de bienestar en el que una persona se da cuenta de sus propias habilidades, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y puede hacer una contribución a su comunidad”. El cuidado de la mente implica alcanzar un equilibrio entre las actividades diarias, las responsabilidades y el esfuerzo por lograr una resiliencia psicológica frente a las adversidades.

Tener salud mental es más que la simple ausencia de trastornos mentales, es cuidar del bienestar físico y emocional. Pero muchas circunstancias sociales, financieras, factores biológicos y estilos de vida pueden influir en la salud mental de una persona, de forma que nadie está exento a desarrollar un trastorno de salud mental, sin importar su edad, sexo, ingresos o etnia.

Entre los trastornos mentales más comunes en el mundo están: depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, epilepsia, consumo problemático de alcohol y otras sustancias psicoactivas, Alzheimer, estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de pánico e insomnio primario, entre otras (OMS). En Colombia, el 40,1% (dos de cada cinco personas) presenta alguna vez en su vida algún trastorno mental, según el Estudio Nacional de Salud Mental de Colombia.

La pandemia, un fuerte impacto para la salud mental

El 2020 ha traído muchas incertidumbres y problemas a causa del COVID-19, por ende, el cuidado mental ha sido cada vez más relevante para sobrellevar la cuarentena. En un informe realizado por la Universidad Javeriana se estudió el impacto que tiene la pandemia en la salud mental de los colombianos, donde las mujeres, los jóvenes adultos entre los 18 y 29 años y las personas con bajos ingresos son los más afectados. Ver gráfica I y II.

Ante el aumento de estrés y ansiedad a causa del encierro, es importante estar atentos si uno o alguien cercano está teniendo problemas con su salud mental. Algunos signos son: alejarse de sus seres queridos, evitarlas actividades que disfrutan, dormir demasiado o muy poco, comer demasiado o muy poco, sentirse desesperanzado, tener poca energía, usar sustancias de manera frecuente como el alcohol y la nicotina, mostrar emociones negativas, no poder completar las tareas diarias, como trabajar o cocinar, causarse daño físico a sí mismo o a otros, escuchar voces, experimentar delirios, entre otros.

Por eso es tan necesario el acompañamiento, la prevención y detección temprana, porque si algún problema mental no es diagnosticado a tiempo, puede cronificarse y traer  consecuencias graves en la vida de la persona.

Cuidémonos los unos a los otros

Todavía hay estigmas alrededor de la salud mental, pues si alguien va al psicólogo o está en tratamiento, se cree que está “loco”. Sin embargo, es impresionante ver que aumentan los casos de ansiedad, depresión e ideas suicidas sobre todo en los jóvenes.

Las personas que sufren depresión son las que corren más riesgo de cometer suicidio, por eso es necesario que esta persona cuente con una red de apoyo que le ayude a enfrentar una crisis de salud mental, ya sea a través de un profesional, grupos de autoayuda, amigos cercanos y familiares, consejería y grupos de oración de tal forma que nos ayudemos y nos cuidemos entre nosotros, porque cualquiera puede pasar por una situación así. 1 Tesalonicenses 5:11 dice Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.

Tener una mano amiga ayuda a enfrentar los problemas emocionales ya que suele ser la vía más fácil para enfrentar una crisis. De hecho, durante la cuarentena la mayoría de personas no pidieron ayuda a algún servicio de salud mental o acompañamiento psicológico virtual.

Es por eso que todos deberíamos estar informados para saber cómo ayudar e identificar los signos de alarma. Cuando se trata de ayudar a alguien que sufre, se debe tener toda la disposición con tal de buscar su mejoría y demostrar el amor que Dios puso en nuestras vidas. Acompañar a la persona y orar por su restauración mental y espiritual es una buena forma de ayudar.

La salud mental es un tema espiritual

Para muchos, la salud mental es también un tema espiritual, ya que se cree que, si alguien presenta un cuadro de depresión, estrés postraumático o algún otro trastorno, tiene una relación mediocre con Dios. No obstante, aunque algunos son cristianos fieles y constantes, no los exime de tener problemas y pasar por algún problema mental.

Es una paradoja, si se supone que Jesús cambió su vida, ¿no debería también estar libre de cualquier problema mental? Sabemos que cuando confesamos nuestros pecados y aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, somos nuevas criaturas y nuestro pasado no existe más, pero ¿eso significa que estamos libres de problemas?

Daniel Zangaro, consejero pastoral de la Universidad Liberty de Virginia y community manager en Christian Vision, dice: “si alguien ya tiene a Cristo ¿por qué ahora se enfermó? ¿por qué los cristianos deben pasar por situaciones de sufrimiento? La realidad es que, al recibir a Jesús, se produce un nuevo nacimiento espiritual en nosotros, pero esto no nos hace inmune a contraer enfermedades o sufrir las consecuencias que sufren el resto de los mortales”.

Un problema de salud mental no siempre se debe a un problema espiritual, sin embargo, una repercute a la otra. Zangaro explica que “todo lo que la Biblia hable en relación al cuidado de las almas, aplica a la salud mental. El alma incluye la parte psíquica, los sentimientos, las emociones del individuo y esto forma parte del cuidado pastoral”. Si alguien sufre de algún problema mental, se le puede tratar “desde un punto de vista profesional, espiritual o de ambos a la vez”, aconseja Zangaro.

Si Dios sana a personas con enfermedades incurables, ha libertado a gente poseída por demonios, ha traído consuelo ante la depresión y otros milagros más, ¿por qué no habrá de renovar nuestro cuerpo, alma y mente para vivir plenamente? No olvidemos que Dios también trabaja a través de las profesionales de la salud mental, de los consejeros y líderes espirituales.

Aunque nuestras almas le pertenecen a Dios, seguimos estando en el mundo, por ende, debemos estar alertas y no amoldarnos ni preocuparnos por las cosas mundanas para poder ser renovados mentalmente. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

Ser el cuerpo de Cristo

Dios tiene una atención especial con los más vulnerables, esto lo enseñó Jesús con la parábola de la oveja perdida, donde ilustra que una comunidad cristiana a la que le falta, aunque sea solo uno de sus miembros no puede considerarse completa porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.

Los cristianos que han sufrido una enfermedad mental han mostrado como el poder de la oración de su comunidad les ha ayudado a superar sus luchas. Así es como el cuerpo de Cristo funciona: Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y, si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él.1 Corintios 12:26. Si alguno de nosotros necesita apoyo emocional es necesario que acuda a alguien de confianza, incluso los líderes y consejeros de la iglesia están dispuestos a ayudar y acompañarlo en ese proceso de restauración, así verá como el mismo Jesús obrará y curará todo problema mental.

Dios tiene el control sobre todas las cosas, incluso de lo que nadie ve como tus pensamientos y emociones. Si confías en Él no tendrás nada de lo que temer, porque Él lo puede todo. Dios lo dice en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.

Por: Norma Elizabeth Pinzón – norma.pinzon@revistahyc.com

Foto: Greg Rosenke – Unsplash (Usada bajo Licencia Creative Commons)

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1 comentario

Ana Lucía Paternina caldera 13 de octubre de 2021 - 01:24

Que Interesante artículo porque considero que nuestro campo de batalla diaria es la mente..Si nuestra mente no está sujeta a las verdades de la biblia que es palabra misma de Dios..Leyendo estudiándola realizando nuestro devocionales de esta manera podemos hacerle frente a las dificultades que trae la vida…

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