Creación de empresa, un impulso desde la Biblia

por Revista Hechos&Crónicas

La Palabra de Dios no es ajena al emprendimiento y los buenos negocios, de hecho brinda algunos ejemplos de creación de empresa de personajes bíblicos que fueron un éxito.

Jesús, Pablo, Pedro, Abraham, el Rey David, entre muchos otros, antes de ser grandes personajes de la Biblia siempre estaban trabajando, siendo productivos en sus labores y creando empresa. José, padre de Jesús, era carpintero y le enseñó este oficio al hijo de Dios, Pablo, además de misión evangelizadora, fabricaba carpas junto con Aquila y Priscila; Abraham no solo era pastor sino un hábil comerciante y el rey David fue pastor, líder militar y dejó todo listo para la construcción del primer Templo. Y la lista es larga.

Hechos&Crónicas la da conocer algunos de los sectores productivos en donde los diferentes personajes de la Biblia crearon, impulsaron y vieron avanzar sus proyectos productivos y empresariales.

Gestión alimentaria y estrategia

El caso de José, hijo de Jacob, frente a los siete años de abundancia y los siete de hambruna en Egipto y regiones circundantes. Este fue el plan revelado por Dios a José, que tenía talento de buen administrador, para salvar a toda la región incluyendo a su propia familia »Por todo esto, el faraón debería buscar un hombre competente y sabio, para que se haga cargo de la tierra de Egipto. Además, el faraón debería nombrar inspectores en todo Egipto, para que durante los siete años  de abundancia recauden la quinta parte de la cosecha en todo el país. Bajo el control del faraón, esos inspectores deberán juntar el grano de los años buenos que vienen y almacenarlo en las ciudades, para que haya una reserva de alimento. Este alimento almacenado le servirá a Egipto para los siete años de hambre que sufrirá, y así la gente del país no morirá de hambre», relata en Génesis 41:33-36.

Más adelante, José es nombrado como el segundo después del Faraón y realizó este plan con disciplina salvando a todo el pueblo egipcio, a su nación y a sus hermanos, con quienes se reencontró y perdonó cuando ellos buscaban alimento. La empresa de José fue salvar el mundo a través de la buena administración alimentaria.

Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre, y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas. Por eso Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida de manera extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto, relató José a sus hermanos tras darse a conocer en Génesis 45:6–8.

Manufactura y artesanía

Los ha llenado de gran sabiduría para realizar toda clase de artesanías, diseños y recamados en lana púrpura, carmesí y escarlata, y lino. Son expertos tejedores y hábiles artesanos en toda clase de labores y diseños. Éxodo 35:35.

En las Sagradas Escrituras es frecuente las referencias a estos dos sectores en los cuáles se formó empresa en los tiempos bíblicos. En el libro del Éxodo se lee en varios pasajes que el Señor ordenó que el Santuario estuviera construido y adornado con lo mejor de las artesanías y joyería en oro y plata. Esto mismo se repitió durante la Construcción del Templo de Salomón donde fue evidente el talento de artesanos manufactureros y joyeros para entregarle al Señor.

Así es narrado en 1 Reyes 6: 29-35: Sobre las paredes que rodeaban el templo, lo mismo por dentro que por fuera, talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas. Además, recubrió de oro los pisos de los cuartos interiores y exteriores del templo. Para la entrada del Lugar Santísimo, Salomón hizo puertas de madera de olivo, con jambas y postes pentagonales. Sobre las dos puertas de madera de olivo talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y todas ellas las recubrió de oro. Así mismo, para la entrada de la nave central hizo postes cuadrangulares de madera de olivo. También hizo dos puertas de pino, cada una con dos hojas giratorias. Sobre ellas talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió de oro bien ajustado al relieve.

En otro pasaje, Las Sagradas Escrituras exaltan, en el acróstico a la mujer ejemplar, las habilidades y talentos para los negocios de las mujeres en estos sectores.

Se complace en la prosperidad de sus negocios, y no se apaga su lámpara en la noche. Con una mano sostiene el huso y con la otra tuerce el hilo… Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes, narra Proverbios 31: 18–19; 24.

Administración, inversión y finanzas

Hay decenas de versículos y porciones bíblicas que hablan sobre la buena administración pero en muy pocos se incentiva la inversión como lo hace la parábola de las monedas, narrada en Mateo 25: 14–15: »El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje.

En su ausencia, los dos primeros negociaron e invirtieron con el dinero ganado el doble, sin embargo, el último decidió guardar el dinero desaprovechando una sabia administración del dinero y las oportunidades del mercado de la época. Las Sagradas Escrituras narran lo que le sucedió: Pero su señor le contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. »”Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene, señala Mateo 25: 26–29.

Agricultura y pastoreo

Gran parte de los personajes bíblicos tienen relación directa con estos dos sectores productivos, en el Génesis el pueblo de Dios recurrió a la agricultura y pastoreo como una  de las fuentes de alimento, vestido y comercio más importantes.

El libro de Isaías toca directamente vincula la agricultura directamente con El Señor y destaca que fue transmitida ÉL a los hombres: Cuando un agricultor ara para sembrar, ¿lo hace sin descanso? ¿Se pasa todos los días rompiendo y rastrillando su terreno? Después de que ha emparejado la superficie, ¿no siembra eneldo y esparce comino? ¿No siembra trigo en hileras, cebada en el lugar debido, y centeno en las orillas? Es Dios quien lo instruye y le enseña cómo hacerlo, subraya Isaías 28:24-29.

El Señor escogió a varios agricultores y pastores para llevar la Palabra de Dios y salvar a su pueblo, tal es el caso del rey David y Gedeón. Uno de los que más llama la atención el caso del profeta Eliseo, él estaba trabajando en su empresa familiar de agricultura cuando fue llamado y designado como profeta. Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y arrojó su manto sobre él. Entonces Eliseo dejó sus bueyes y corrió tras Elías, cita 1 Reyes 19:19.

Otro de estos casos es el del profeta Amós, que dejó la agricultura para dedicarse de lleno a la empresa de predicar y enseñar la Palabra de Dios. Amós le respondió a Amasías: —Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que cuido ovejas y cultivo higueras. Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”, puntualiza Amós 7:14-15.

Por: David Bernal – david.bernal@revistahyc.com

Foto: Pablo Zavala – Unsplash (Usada bajo Licencia Creative Commons)

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