La flecha de tu hijo

por Revista Hechos&Crónicas

Hechos&Crónicas trae la elaboración práctica de una flecha que simboliza la vida de cada hijo y los puntos de acción que podemos tomar para guiarlos adecuadamente.

¿Cómo elaborar la flecha?

En lo posible, deben elaborarla papá y mamá de manera individual y luego socializar y ver puntos comunes. Oren juntos, agradezcan por sus hijos y pidan revelación al Espíritu Santo para que les muestre lo que hay en sus corazones.

La idea es analizar cada ítem, identificar las necesidades y de allí, los puntos de acción más importantes que deben llenar, luego anotarlos en el proyecto de la flecha y pegarla en un lugar visible para implementar a diario. Recuerda elaborar una flecha por cada hijo.

A y B. Anticipar las influencias venideras Lee Deuteronomio 6:6-9.

A medida que formes a tus hijos, las influencias, los obstáculos y las circunstancias externas afectarán su crecimiento y madurez. Es importante que anticipes estas influencias y le pidas sabiduría a Dios sobre cómo deberías afrontarlas o ayudar a que tu hijo pueda sobrellevarlas.

Analiza las principales influencias externas que enfrentará tu hijo en los próximos seis meses (punto A) y en los próximos uno o dos años (punto B). Puede tratarse de los hermanos mayores, de la presión de los compañeros de colegio o de las influencias para comenzar relaciones románticas o volverse sexualmente activos.

C- La identidad de tu hijo Lee Efesios 2:10.

Dios tiene propósitos para cada vida creada por Él. Esta verdad modela lo que nuestros hijos han de creer acerca de Dios, ellos mismos y los demás. También contesta las grandes preguntas de vida, incluyendo: ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? Y ¿Acaso alguien se preocupa por mí? Todos necesitamos recordatorios de esta verdad a lo largo de la vida, pues cimenta nuestra identidad en Dios, nos reafirma que su voluntad siempre es lo mejor y que el gozo y la satisfacción verdadera proceden de una relación con Aquel que nos creó.

Analiza las necesidades y puntos de acción  principales para nutrir la identidad emocional, espiritual y de género de tus hijos.

D- Tu relación con tu hijo Lee Salmo 127:3-5.

Muchos padres no sabemos cómo relacionarnos correctamente con nuestros hijos. A veces queremos ser amigos de nuestros hijos y otras veces nos volvemos demasiado autoritarios.

Ser padres ahora, significa que después habrá tiempo para ser amigos. No siempre les vas a caer bien a tus hijos, pero los padres estamos posicionados para ayudar a inculcar el debido valor y respeto por la autoridad. Además, debemos ser humildes en reconocer que también pecamos, pues la vulnerabilidad de pedir perdón construye confianza y conecta la fe con la vida.

Recuerda que la esencia del trabajo de ser padres es:

  1. Asegurarse de que los hijos sepan que son amados.
  2. Capacitarlos para amar a Dios.
  3. Capacitarlos para amar a los demás, que son imperfectos al igual que ellos.

En gran medida, la dirección de nuestra vida está delineada por nuestra capacidad de dar y recibir amor. La capacidad de construir, sostener y restaurar relaciones saludables es una habilidad fundamental, y tu hogar es el lugar ideal para que tus hijos puedan desarrollarla.

Evalúa tu relación con cada uno de tus hijos. ¿Qué cosas calificarías como tus dos fortalezas y tus dos necesidades principales en cada relación?

E- La relación de tu hijo con otros Lee Mateo 22:35-40.

Describe la manera en que tu hijo se relaciona con otras personas, incluyendo hermanos, amigos y adultos. Por ejemplo, considera cuán bien tu hijo entabla amistades, se relaciona con los demás, escucha, muestra respeto, da y comparte, etc.

Determina los pasos de acción que se deben tomar para ayudar a que tus hijos se relacionen bien con los demás.

F- El carácter de tu hijo Lee 2 Timoteo 3:14-15.

Evalúa a tu hijo en las siguientes áreas añadiendo un signo más (+) para cada aspecto que consideres una fortaleza y un signo menos (-) para cada aspecto que consideres una necesidad.

– Honesto

– Receptivo

– Confiable

– Contento

– Muestra respeto por los demás

– Calmado

– Enseñable

– Paciente

– Obediente

– Bondadoso

– Muestra amor

– Alegre

– Pacificador

– Fiel

–  Amable

– Autocontrolado

Analiza las fortalezas y necesidades de carácter que tiene tu hijo y de allí, los pasos de acción para plasmarlos en la flecha.

G- La metas de tu hijo Lee Salmo 78:5-7.

“No estás solo formando niños, estás forjando adultos”.

Desde luego, no estamos sugiriendo que trates a tus hijos como si fueran adultos. Sencillamente estamos enfatizando que tus pequeños vivirán, Dios mediante, más tiempo como adultos que como niños. Tienes apenas unos pocos años para prepararlos para sus muchos años como adultos. Así que concéntrate en las cosas verdaderamente importantes al establecer sus corazones y mentes en un rumbo de sabiduría, responsabilidad y servicio. Capacítalo para confiar y obedecer a Dios. En pareja y en oración, agradezcan a Dios el privilegio de recibir, formar y soltar a sus hijos. Pidan que los guíe a medida que ponen en claro el plan que delineen para cada uno de ellos. Soltar a un hijo requiere que tengan un blanco hacia dónde dirigirlo. Consideren las metas principales para su hijo y lo que realmente desean para él.

H- La misión de tu hijo Lee Mateo 20:19-20.

No importa qué edad tengan sus hijos, les resultará útil como padres, mirar hacia adelante y determinar cómo comenzarán a “soltarlos”. Los padres de adolescentes no necesitan que se les recuerde esto, desde luego. Pero muchos padres de niños pequeños consideran erróneamente que no tienen por qué pensar todavía en esto.

En realidad, soltar ocurre en etapas. En diversos puntos de la vida de un hijo, un padre los suelta para incrementar los niveles de independencia. Por ejemplo, digamos que hasta ahora te has quedado en casa con tu hijo, pero el próximo año lo enviarás al preescolar. Cuando lo hagas, perderás cierto grado de control sobre él. Será influenciado por maestros y comenzará a hacer amigos por su cuenta. A fin de preparar a tu hijo, puede que quieras trabajar en algunas áreas de desarrollo del carácter: ser amable con los demás niños, ser obediente a los maestros, etc.

Analicen los puntos de lanzamiento a mediano plazo (2 a 3 años), repasando las influencias que enfrentará en ese lapso de tiempo, identificados en los puntos A y B. A partir de esto, analicen y anoten las acciones que pueden comenzar a implementar para preparar a su hijo para estos puntos de lanzamiento.

I- Puntos de atención prioritarios Lee Hebreos 4:16.

Al repasar la flecha de su hijo, observen todos los pasos de acción que hayan anotado. ¿Hay un par de pasos de acción críticos que sientan que son sus dos principales prioridades para este hijo? Escojan los pasos de acción más importantes (aquellos que quisieran comenzar a poner en marcha por encima de los demás) y escríbanlos aquí, junto con la fecha para su implementación.

Foto: Annie Spratt – Unsplash

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