Ahorrar siempre ha sido una de las principales recomendaciones de los expertos financieros para crecer, fortalecer y tener un “colchón” para los momentos de crisis monetaria. La Biblia fomenta la cultura del ahorro como un principio saludable en el manejo de las finanzas personales, así como para prosperar.
En el mundo emprendedor, el ahorro es uno de los factores clave a la hora de crear empresa debido a que la consecución de recursos para iniciar e impulsar una idea emprendedora es complicada, debido a la burocracia y al difícil acceso a recursos monetarios a través de instituciones bancarias.
Esta sana costumbre financiera es un excelente aliado a la hora de dar marcha a un negocio. Tener una base monetaria antes de iniciar, provee cierta seguridad a la hora de invertir, adquirir activos y servicios, promover alianzas, impulsar nuevas facciones en la empresa, hasta el acceso a mejores recursos de materias primas, entre otras ventajas.
Las Sagradas Escrituras fomentan el ahorro como una sana práctica para enriquecerse tal como lo dice Proverbios 13:11b: quien ahorra, poco a poco se enriquece. Sin embargo, unos de los ejemplos bíblicos más importantes sobre el ahorro es la historia de José y la crisis de alimentos en Egipto. Allí el hijo de Abraham trazó un plan de ahorro “programado”, lo puso en marcha y salvó a millones de personas de morir de hambre, como se lee en Génesis 41. El ahorro juicioso en los tiempos de abundancia logró el éxito de los proyectos de José en Egipto.
El ahorro como factor de crecimiento
Desvirtuado la creencia tradicional de que el ahorro es solo para los momentos adversos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indica en el libro “Ahorra para desarrollarse: cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor” editado por Eduardo Cavallo y Tomás Serebrisky, que “el objetivo del ahorro debería ser allanar el camino para que los individuos vivan vidas más productivas y satisfactorias, para que las empresas crezcan y ofrezcan empleos de calidad y bienes y servicios competitivos”.
Esta publicación vincula directamente el ahorro con la productividad al señalar que “aumentar el ahorro interno es necesario para satisfacer las aspiraciones de la región, pero no es suficiente. La evidencia internacional demuestra que, históricamente, un aumento del ahorro interno coincide con un mayor crecimiento económico solo cuando el aumento del ahorro se acompaña de un mayor crecimiento de la productividad”.
El ahorro, factor de productividad
El emprendedor debe tener una visión del futuro que esté encaminada por su trabajo en el presente. Un ahorro juicioso destinado a un proyecto en específico es una de las mejores formas de lograr un emprendimiento con su propio dinero.
La cultura del ahorro debe ser parte del ADN del emprendedor debido a que durante el inicio, el fortalecimiento y evolución del negocio, este proveerá seguridad y productividad gracias al uso adecuado del dinero y los recursos.
Según el BID, la tasa de ahorro nacional en América Latina y el Caribe fue de tan sólo el 17,5% del PIB entre 1980 y 2014, muy por debajo del 33,7% registrado en las economías emergentes en Asia y el 22,8% correspondiente a economías avanzadas.
Estas cifras están estrechamente ligadas al aumento de la productividad de las pequeñas y medianas empresas en su relación con los gobiernos y los bancos, según una de las conclusiones del libro “Las investigaciones demuestran que los incentivos para ahorrar son mayores cuanto más rápidamente aumenta la productividad. Un modo de promover el desarrollo de la productividad es eliminando los impuestos distorsivos y regulaciones que generan pequeñas empresas informales e improductivas. Esto garantizaría que los ahorros sean canalizados en oportunidades de inversión más productivas”.
Es así como el ahorro ofrece la posibilidad de alcanzar las metas que tienen los emprendedores a la hora de impulsar una idea de negocio, tal como lo señala Eduardo Cavallo, economista investigador del BID: “ahorrar más y mejor nos permitirá consolidarnos y ofrecer recursos a quienes buscan alcanzar sus aspiraciones”.
Por: David Bernal / Twitter: @davidbernall
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