Procrastinación, el arte de postergar

por Revista Hechos&Crónicas

La situación es común. Tienes que entregar un informe importantísimo y tu jefe te ha dado una semana de plazo. Te sientas frente al computador, con toda la información lista para organizar, pero… primero necesitas un café para concentrarte.

Te paras, lo sirves, pero mientras se calienta aprovechas para hacer una llamada. Cuelgas la llamada, pero te das cuenta que tu celular está lleno de notificaciones, así que las revisas y respondes uno que otro mensaje de WhatsApp; incluso inicias una conversación que te quita algunos minutos. Nuevamente te sientas, pero hay demasiado ruido. Pones música para concentrarte y aprovechas para revisar tu correo, podría haber algo importante. Y luego miras la hora, se pasó toda la tarde y ni comenzaste el informe. Bahh, no pasa nada. Quedan seis días de plazo.

Postergar las tareas importantes cada vez es más común. Las nuevas tecnologías muchas veces se traducen traducen en distractores que no sabemos manejar y simplemente retrasamos eso que es realmente urgente. Esto se traduce en pérdida de productividad y estragos emocionales que disminuyen nuestra autoestima.

Así lo han afirmado Científicos de la Universidad de Constanza (Alemania), quienes han estudiado a fondo la procrastinación y han concluido que las personas se comportan así porque creen que el día de mañana será más adecuado para poner en práctica lo planeado.

Eclesiastés 3 es tal vez el pasaje bíblico que más ilustra sobre el manejo del tiempo. Los procastinadores se aferraran al versículo 9: ¿Qué provecho saca quien trabaja de tanto afanarse? Sin embargo, como dice el pastor Darío Silva-Silva “un texto fuera de contexto es un pretexto”; así que vale la pena leer el capítulo completo y tener en cuenta que: Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. Eclesiastés 3:1. Hechos&Crónicas le explica.

Procrastinar: Rae: Diferir – Aplazar.

Sabiduría popular:

  • Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy.
  • Aplazar los asuntos pendientes.

Definiciones científicas:

  • Hábito de postergar las actividades que deben atenderse y sustituirlas por otras irrelevantes o menos importantes.
  • Retraso voluntario de una acción a pesar de sus consecuencias futuras negativas.
  • Es optar por un placer o estado de ánimo a corto plazo a costa del de a largo plazo. Tal vez no terminamos de preparar una presentación durante el fin de semana porque tuvimos invitados en la casa. Eso es un retraso intencional basado en una decisión racional, dice Timothy Pychyl, profesor de sicología de la Universidad de Carleton, en Ottawa, que ha hecho extensas publicaciones sobre el tema.

Tipos

Crónico: Su conducta evasiva constante y repetida en el tiempo.

Esporádicos: Su actitud evasiva no se repite habitualmente

Ciclo

Me produce incomodidad – Me pongo excusas – Busco una distracción

¿Pereza o perfeccionismo?

Por evasión: se evita iniciar una tarea por miedo al fracaso.

Por activación: Se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que realizarla. Es un problema completamente contrario a la evasión.

Por indecisión: Típico de las personas indecisas que intentan realizar la tarea pero se pierden en pensar la mejor manera de hacerlo, sin llegar a tomar una decisión.

¿Cómo superarlo?

  • Toma conciencia del problema
  • Conoce por qué y cuándo procrastinas
  • Aprende a decir No
  • No busques excusas
  • Evita las distracciones
  • No abuses de la planificación
  • Toma decisiones
  • Plantea la tarea en términos muy concretos y específicos.
  • No te castigues
  • Apóyate en las buenas costumbres con las que ya cuentas
  • Aprende a gestionar tu tiempo
  • Entiende por qué importa lo que haces
  • Crea un ambiente agradable de trabajo
  • Internet no te hace perder tiempo, tú pierdes tiempo en internet
  • Si por ti mismo no puedes evitar procastinar, pide ayuda

Fórmula

Piers Steel, investigador de la Universidad de Calgary, ha desarrollado una fórmula (bautizada como teoría de la motivación temporal, que, según asegura, explica la procrastinación: U=EV/ID.

U es la Utilidad de la tarea una vez realizada, y su valor es proporcional al producto de las Expectativas (E) por el valor que le concedemos a terminar el trabajo (V), e inversamente proporcional a la inmediatez (I) y a la sensibilidad de cada persona a los retrasos (D).

Según esta fórmula las tareas que queremos que se lleven a cabo mejor y a las que más importancia otorgamos son las que más frecuentemente demoramos. Más que pereza, dice Steel, lo que hay detrás de la procrastinación es un exceso de perfeccionismo.

Foto: Freepik (Foto usada bajo Licencia Creative Commons) 

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