Listos para lo inesperado

por Revista Hechos&Crónicas

¿Alguna vez ha sentido temor de seguir sus sueños o miedo a lo que traerá el futuro? Si su respuesta fue afirmativa, no deje de leer pues le daremos la clave para sentirse seguro y confiado.

Por miedo, los colombianos no cumplen sus sueños. Así lo reveló el estudio realizado por la firma Cifras y Conceptos donde se evidenció que el 93% de los ciudadanos tiene algún anhelo que aún no ha podido realizar.

De acuerdo con el estudio, 53% de los colombianos siente temor de realizar sus proyectos por miedo al fracaso y la cifra aumenta a un 60% en el caso de los millennials.

El temor es un factor paralizante. No solamente los sueños dejan de cumplirse, sino que vivimos en una sociedad atemorizada frente al futuro, pues las circunstancias parecen empeorar cada día.

Las enfermedades mortales alcanzan niveles más altos cada día, los trabajos son cada vez más inestables, los hogares menos sólidos y en general el futuro parece menos alentador. Es común que las personas sientan temor de la soledad o el fracaso.

Muchas personas que antes intentaron cumplir sus sueños y fracasaron, sienten temor de volver a equivocarse, pues claramente nadie quiere fracasar dos veces. Es así como encontramos personas divorciadas que prefieren tener un noviazgo eterno y no volver a casarse porque creen que ese segundo matrimonio también estará destinado al desastre o personas creativas con ideas innovadoras trabajando para terceros por miedo a comenzar un nuevo emprendimiento y obtener los mismos resultados.

Lo que ocurre es que el temor realmente nos paraliza y nos lleva a olvidar los dones, los talentos, las promesas de Dios y el camino que debemos seguir.

Tipos de temores

Existen todo tipo de temores: reales e imaginarios, buenos y malos.

No tiene nada de malo sentir temor algunas veces, pues hay un temor saludable que nos incentiva a cuidarnos. Es una protección que Dios nos dio para que sepamos responder cuando estamos amenazados. Aún la persona más fuerte y valiente siente temor alguna vez.

También es natural sentir un cierto temor cuando se comienza un nuevo proyecto. Pero ese recelo solo es sano cuando nos lleva a hacer las cosas bien, a prepararnos para cumplir las expectativas y a subir nuestro propio nivel.

Otro temor sano es defraudar a Dios, a salirnos de su voluntad y aún más, a pasar una eternidad separados de Él. Ese es el temor más importante que solo se disipa cuando lo recibimos y aceptamos como Señor y Salvador.

Pero además de todas estas formas de “temor saludable”, también existe el temor negativo y paralizante que se adueña de nuestras mentes y nos estanca. Que nos hace olvidar esos talentos que nos fueron otorgados directamente por las manos de Dios. Por temor olvidamos las bendiciones del Padre y Sus promesas y terminamos con un montón de talentos arrumados que no sacamos a la luz. Peor aún, talentos que dejamos al servicio de Dios tan solo porque tenemos miedo.

Ese temor es un tema espiritual que muchas veces aparece como resultado de la semilla que Satanás siembra en nuestras mentes y nosotros simplemente decidimos creer. Porque temer no es más que dudar de Dios y del poder que Él tiene sobre nuestro futuro.

¿Cómo enfrentar el temor?

La mejor forma de enfrentar el temor es remitirse a la Palabra de Dios. 2 Timoteo 1:6-7 dice: Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Es una recomendación clara de Dios a perder el miedo, a sacar a flote aquellos talentos que por Su gracia Dios nos ha dado y que no explotamos porque el temor nos tiene esclavizados y paralizados impidiéndonos crecer y fructificar.

La respuesta clara es que Dios nos dio un espíritu de poder, amor y dominio propio, es decir, nos dejó al Espíritu Santo para que nos dote de todo lo que necesitamos y nos prepare para no dar cabida al temor. Centrar nuestras vidas en el temor nos muestra las limitaciones, pero centrarlo en el amor de Dios nos abre un panorama seguro.

Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros amamos porque ÉL nos amó primero. 1 Juan 4:17-19.

Se trata de vivir confiados en Dios. De soltar la seguridad del mundo a la que nos aferramos y agarrarnos de Dios. Se trata de comprender cuánto nos ama Dios, cuánto hizo por nosotros y que sus planes son más altos que los nuestros.

Se trata de entender que si Dios nos sacó de nuestra zona de confort es porque tiene para nosotros una oportunidad de crecimiento; que si no permitió que se abriera una puerta o dejó que otra se cerrara es porque tiene algo mejor para nosotros.

Debemos dejar de creer las mentiras de Satanás y confiar en la orientación  que Dios nos da cuando lo buscamos de todo corazón. Dios no está determinado por las circunstancias, así que confiemos en Él. Solo así estaremos listos para lo inesperado, porque sin importar lo que venga, con Dios todo será provechoso.

Para ahondar en este tema, recomendamos escuchar la prédica “Libres de la esclavitud del temor”, del pastor Mario Santa en Casaroca.org.

Por: María Isabel Jaramillo – @MaiaJaramillo

Foto: Archivo

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