Billy Graham, tal como fue

por Revista Hechos&Crónicas

El “pastor de Estados Unidos” modeló el evangelio moderno: Marshall Shelley

Billy Graham fue tal vez la figura religiosa más significativa del siglo XX. Creó varias organizaciones y movimientos que ayudaron a continuar la obra en el siglo XXI.

Durante su vida, Graham predicó personalmente a más de 100 millones de personas y a millones más vía televisión, satélite y películas. Cerca de tres millones respondieron a su invitación a «aceptar a Jesús en su corazón» al final de sus sermones. Proclamó el Evangelio a más personas que cualquier otro predicador en historia, y en ese proceso Graham se convirtió en «el pastor de Estados Unidos», participando en inauguraciones presidenciales y hablando durante crisis nacionales tales como los servicios conmemorativos posteriores al bombardeo de la ciudad de Oklahoma y los ataques del 11 de septiembre.

Billy Graham nació en 1918 en Charlotte, Carolina del Norte, asistió (brevemente) a Bob Jones College, y se graduó del Florida Bible Institute (Instituto Bíblico de Florida) cerca de Tampa y de Wheaton College en Illinois. Fue ordenado ministro en la Iglesia Bautista del Sur (1939) y pastoreó una pequeña iglesia en los suburbios de Chicago mientras predicaba en un programa radial semanal. En 1946 lanzó sus campañas evangelísticas, las cuales por ejemplo llenaron en 1957 el Madison Square Garden en Nueva York. Entre  1950 y 1990 Graham se ganó un espacio en la lista de «personas más admiradas» de la Organización Gallup más veces que cualquier otro estadounidense.

Sherwood Wirt, quien por 17 años editó la  revista Decision de la organización de Graham, describió sobre Billy lo siguiente: “Mi primera impresión del hombre desde cerca no fue de su buena pinta sino de su bondad; no de su extraordinario rango de compromisos sino de su propio compromiso con su Señor. Estar con él, aunque por un tiempo corto, es experimentar lo que es un hombre decidido; es algo que lo vergüenza a uno y lo sacude de una manera que ninguna cantidad de habilidad o inteligencia puede hacerlo”.

Graham fue un modelo de integridad. A pesar de los escándalos y pasos en falso que derrumbaron a otros líderes y ministros, incluido su amigo Richard Nixon y una sucesión de tele evangelistas, en seis décadas de ministerio nadie nunca pudo levantar una acusación seria de mal comportamiento en su contra.

Eso no quiere decir que no haya sido criticado seriamente. Algunos liberales intelectuales llamaron a su mensaje «simplista». Algunos fundamentalistas consideraron que «transigió» por cooperar con grupos de la corriente mayoritaria del protestantismo y el Consejo Nacional de Iglesias.

Su posición antisegregacionista moderada durante la era de los derechos civiles le granjeó ataques de los dos lados: los segregacionistas blancos montaron en cólera cuando invitó al «agitador» Martin Luther King Jr. a orar en una cruzada en Nueva York en 1957; los activistas por los derechos civiles lo acusaron de cobardía por no unirse a ellos en las marchas de protesta y no hacerse arrestar por la causa.

En 1982, cuando visitó la Unión Soviética accediendo a predicar el evangelio por invitación del gobierno, desató una tormenta de críticas. A pesar de haberse reunido con los “Siete Siberianos” [The Siberian Seven], disidentes pentecostales quienes buscaban asilo político, se cita a Graham diciendo que el «no había visto personalmente ninguna evidencia de persecución religiosa». Algunos lo llamaron un «traidor». Pero él insistió en que iría a cualquier parte para predicar siempre y cuando no hubiera restricciones a su libertad para proclamar el Evangelio.

Para 1990 sin embargo, después de la caída de la Unión Soviética, su presciencia se vio reivindicada cuando el entonces presidente George H. W. Bush dijo a la Cadena Religiosa de Difusión [National Religious Broadcasters – NRB], “hace ocho años uno de los grandes embajadores del Señor, el reverendo Billy Graham, fue a Europa oriental y a la Unión Soviética y, a su regreso, habló de un movimiento hacia mayor libertad religiosa allí. Y posiblemente lo vio antes que muchos de nosotros porque se requiere un hombre de Dios para percibir tempranamente el movimiento de la mano de Dios”.

Tal vez el legado duradero de Billy Graham fue su habilidad para presentar el Evangelio en el idioma de la cultura. Hizo esto con gran brillantez, haciendo un uso innovador de las tecnologías emergentes —radio, televisión, revistas, libros, una columna en el periódico, películas, difusión por satélite, Internet— para divulgar su mensaje.

En los años 90 él reingenió la fórmula de sus «cruzadas» (después llamadas «misiones» en atención a los musulmanes y a otros a quienes ofendía la connotación). Su «noche juvenil» estándar se revolucionó hasta convertirse en el «concierto de la próxima generación», con artistas de rock, rap y hip-hop encabezando el evento, seguidos por la predicación de Graham. Este formato atrajo números récord de jóvenes que aclamaban las bandas y luego, sorprendentemente, escuchaban cuidadosamente al evangelista octogenario.

Adicionalmente ayudó a lanzar numerosas organizaciones de gran influencia, incluyendo Juventud para Cristo (fue el primer empleado de tiempo completo de esta organización emprendedora e innovadora), la asociación evangelística Billy Graham, y Christianity Today. El efecto dominó de su influencia informativa se extiende a universidades tales como Wheaton Collegeen Illinois, Gordon-Conwell Divinity Schoolen Massachusetts, Northwestern College en Minnesota y el FullerSeminary en California. Su estímulo y apoyo ayudó a desarrollar el Evangelical Council for Financial Accountability[Consejo Evangélico de Responsabilidad Financiera], Greater Europe Mission, Radio Trans Mundial, Visión Mundial, World Relief, y la National Association of Evangelicals [Asociación Nacional de Evangélicos].

Él reunió a la comunidad cristiana global a través de convenciones internacionales: el Congreso de Evangelismo Mundial en Berlín en 1966, el Congreso Internacional de Evangelización Mundial en Lausana, Suiza, en 1974, y tres conferencias inmensas en Ámsterdam para evangelistas itinerantes en mi 1983, 1986, y 2000, las cuales atrajeron a casi 24,000 evangelistas en funciones desde 200 países del mundo.

En muchas formas, Billy Graham tanto formó como representó el movimiento evangélico. El teólogo J. I. Packer le atribuye la «convergencia» evangélica: «hasta 1940, cada institución andaba por su lado. No había ningún tipo de unidad en esa situación. Había pequeños focos de resistencia tratando de mantener su posición de frente al gigante liberal. Cada vez con mayor frecuencia a partir de los años 50, los evangélicos se fueron uniendo detrás de Billy Graham y todo lo que él representaba y a lo cual está comprometido. Esto continúa esta forma hasta el presente».

Para muchos, sin embargo, William Franklin Graham no será recordado por sus logros. Siempre será «Billy», como prefería que le llamaran. Llamó su autobiografía Tal Como Soy, un reflejo de su espíritu humilde, tomado del himno que se cantaba con mayor frecuencia cuando invitaba a la gente a pasar adelante a recibir el amor de Dios.

Y para millones, su humildad delante del Todopoderoso los animó a aproximarse con ese mismo espíritu.

Artículo tomado de Christianity Today. Traduccido por Lupe Sáenz Corredor.

Foto: Asociación Evangelística Billy Graham

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