¿Cómo vamos? ¿Cómo iremos? Ni lo piense…

por Editor

Ya casi termina un 2017 aburridor que se inició el mismo 1 de enero con una fuerte y nada graciosa reforma tributaria y pronto empezará el 2018 que llegará plagado y rodeado de impuestos y más impuestos entrometidos en otras reformas tributarias bastante agrias y poco agradables.

Mientras en China el crecimiento económico y social cerrará al 31 de diciembre entrante con un 6,6% (un 0,4% más más de lo esperado), en Estados Unidos el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) cerrará el 2017 en un 3,4% y aspira llegar a diciembre del 2018 a un modesto crecimiento del 3,6% lo cual podría ser satisfactorio si señalamos que en 2016 ese crecimiento apenas llegó al 3,1%.

La modesta Colombia estará lejos de Estados Unidos en esas frías cifras que poco dicen: nuestro PIB (Producto Interno Bruto) llegará al 31 de diciembre próximo al pobrecito 2,0% en 2018 cuando terminará el 2017 en 2,3%.

Algunos analistas norteamericanos, poco amigos del presidente Donald Trump, suponen que su país decrecerá, sí, pero solo al 2,5%. Y como mal de muchos consuelos de pocos, Chile crecerá en 2017 al 1,6% y Perú cerrará este año con el 2,7% y no en el 3,5% como opinaron a comienzo de año las autoridades monetarias de por allá.

India, que hasta hace poco mostraba

uno de los crecimientos más veloces del mundo, está viviendo su propio impacto al consumo por la decisión del gobierno de retirar de circulación los billetes de mayor denominación, lo que restó un punto porcentual completo al pronóstico del Fondo Monetario Internacional para situar este 2017 en 6,6% cuando el año fiscal anterior fue de 7,6% en India.

Las apreciaciones del FMI redujeron los pronósticos para México en 0,6 de crecimiento tanto para este ya casi agónico 2017 como para el naciente 2018.

¿Qué opinan u opinamos los analistas? Son parcos en sus análisis: todo esto, dicen, significa una ralentización (decaimiento o hacia abajo) de las proyecciones macroeconómicas de la región (Norte, Cetro y Sudamérica, incluida Colombia y países del Caribe, claro), mientras Venezuela, no nos aterremos, largamente caótica, llegará a -7.4%). ¡Pobre Venezuela! ¡Pobres venezolanos!

En cambio, los informes de todas las conferencias económicas internacionales realizadas en Kuala Lumpur, deja a Colombia -¡ojo!… ¡ALERTA! en un demacrado 2,0% cuando tres meses atrás nos había situado para el 2018 en 2,3%.

Para todos en el mundo, el Fondo Monetario Internacional asume internacionalmente un dólar fuerte, un fortalecimiento en los precios internacionales del petróleo, más presión inflacionaria y una normalización menos gradual de las políticas económicas norteamericanas.

Aunque los mayores precios del petróleo en el mercado internacional desde hace tres meses y de las materias primas que han mejorado el panorama para los beneficiados, la curva de rendimiento norteamericana no ha levantado la cabeza aunque tampoco la ha agachado.

El FMI elevó su pronóstico para las zonas euro y Japón en 2017 en un crecimiento de apenas un 0,1%, esto se debe en gran medida debido a desempeños mejores a lo previsto en la segunda mitad del 2016. Para Gran Bretaña, este estimado del FMI fue de un parco, muy parco, crecimiento del 0,4% pero sus estudios para el año entrante los redujo a un también parco 0,3%.

El Fondo ha estimado, en forma general y genérica, que los riesgos de todos los países del mundo se enfilan hacia la baja, lo que supondría una enorme crisis universal de producción, ventas y consumos de productos y servicios, sea donde fuese, pues tanto los procesos de ventas y de compras siempre tienden a la baja y por estas calendas nunca nadie se enfila hacia arriba.

Claro que los informes del Fondo también revelan que existe el agradable potencial de las sorpresas para un aumento del crecimiento donde sea y como fuere, siempre y cuando la política del crecimiento de cada país, y dentro de cada país, el crecimiento de cada estado, departamento o ciudad y también, si las políticas de crecimientos de Estados Unidos y de China están a tono con las necesidades del consumidor internacional. Siempre deberá buscarse, dicen los chinos, los indios y los de la Comunidad Europea, deberá estudiarse, buscarse y desarrollar el llamado gusto del consumidor bien sea en Oriente, o en Europa, o en las Américas, o donde sea.

Un riesgo para destacar sería un giro hacia el proteccionismo que haga estallar una guerra comercial a nivel mundial, como lo ha subrayado socarronamente el Fondo Monetario Internacional.

Lo aquí anotado, de muchas posiciones hacia la baja de los pronósticos de crecimiento de las economías de los mercados emergentes y en desarrollo, se darán como consecuencia del deterioro de las perspectivas de varias economías de América Latina y el Oriente Medio. Lo cual sería casi imposible, que desde los dos ángulos del mapamundi, estallaran guerras de mercados como para arrasar a medio mundo.

Lo cierto, que nos afectará a los latinos, es que se prevé una recuperación más débil de lo esperado con un crecimiento total de 1,1% en el próximo diciembre pero ello obligaría a situarse, a todos estos países, en el 2.0% para el 2018 para recuperar hoy y mañana lo que perdimos ayer y anteayer.

El desastre latinoamericano y caribeño no podría venir si se siguen desarrollando las mejoras económicas y financieras en países grandes y gastadores como Brasil, Argentina y México, cosa que están haciendo en este 2017 y no hay ninguna causa para que ese ritmo siga su compás en todo el año entrante. Aunque,  bueno, no todos somos buenos: Ecuador y Venezuela no muestran ganas de progresar pero… allá ellos y acá nosotros los restantes, los bien aconductados.

Foto:123RF

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