La Ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos. El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Las ordenanzas del Señor son verdaderas: todas ellas son justas. Salmo 19:7-8.
Señalar supuestas contradicciones en la Biblia ha sido un pasatiempo popular de sus críticos. Desgraciadamente, algunas personas sostienen que algunas partes de la Biblia no son más que simples palabras. Por supuesto, estos críticos no se ponen de acuerdo en cuanto a lo que es inexacto.
Algunos borrarían una frase aislada, mientras que otros descartarían todo un libro. Pero los cristianos no necesitamos preocuparnos por la fiabilidad de la Biblia, tenemos una garantía eterna. Pero tú permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fi n de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. 2ª Timoteo 14-17.
Leer la Biblia como un documento completo, revela que todas sus partes son compatibles entre sí. Dios permitió que hubiera diferencias en cuanto a perspectiva y trasfondo de los escritores, lo cual a veces puede dar la apariencia de discrepancia. Pero un estudio profundo de la Palabra de Dios, revela la manera como encajan las diferentes partes entre sí. Pensemos en las cuatro perspectivas de los evangelios. Mateo enfatiza la historia y el cumplimiento de la profecía acerca del Mesías. Entretanto, Juan cuenta la historia del Salvador que estuvo dispuesto a morir por el mundo. Aunque ambos autores acompañaron a Jesús, sus perspectivas fueron diferentes. Pero en lo fundamental, ellos y los otros dos autores coinciden. Es esencial que los creyentes creamos en la inerrancia de la Biblia. Un libro con imperfecciones solo podría ser el producto de la mano del hombre, pero la Sagrada Escritura es la absoluta Palabra de Dios. Fue su Espíritu quien habló, no importa la mano que escribió el mensaje.
“La afirmación de la inerrancia bíblica es perfectamente lógica y absolutamente necesaria para el cristiano que considera a Dios como el autor último de la Escritura, de modo que Dios nos habla mediante la Biblia. Y si Dios habla, por deducción simple, no puede decir errores”: Alfonso Ropero.
Por: Charles Stanley. (Q.E.P.D.) Fue teólogo, predicador, misionero, erudito bíblico, escritor y pastor bautista estadounidense conocido por ser el fundador y presidente de “Ministerios en Contacto”.
Foto: Cortesía In Touch Ministries