Estamos en octubre, un mes muy importante para exaltar todo lo que Espíritu Santo dictó a más de 40 autores en un periodo de aproximadamente de 1500 años.
La fascinante historia del Libro de libros ha cambiado vidas y ha sido la principal herramienta para compartir las buenas nuevas del evangelio. La Biblia transforma mentes, enseña, aconseja, alimenta, y no hay duda que para que sea efectiva hay que leerla, comprenderla, atesorar sus palabras en el corazón y dominarla.
Rick Warren en su libro “El poder de transformar su vida” lo corrobora: “Para dominar su Biblia, primero hágase estudiante de la Palabra de Dios. Léala, estúdiela y memorícela. Llene con ella su mente y su vida. Usted solo tiene dos fuentes para desarrollar sus valores: el mundo o la Palabra. La elección es suya… No basta con poseer una Biblia, debe usarla. Una Biblia en la mano vale por dos en el estante. Si le preguntara si cree en la Biblia de tapa a tapa, es posible que me diga: sí. ¿Pero la leyó de inicio a fin? ¿Cómo sabe que cree en ella si ni siquiera sabe lo que dice?”
Interesantes cuestionamientos, ¿verdad? Es momento que deje de lado su fidelidad a los periódicos, al celular y al contenido que no edifica y se fije en lo que Dios quiere decirle por medio de su Palabra. Así que como dice Rick: domine su Biblia. Y además de dominarla, conozca cómo se “cocinó”, es decir cómo se escribió, en qué contexto, quiénes fueron sus autores, qué versiones hay, cómo se ha traducido la Biblia a través de los años, cuál es la mejor versión y qué se puede descubrir cuando estudiamos a Jesús de Nazaret.
En esta edición lo invitamos a leer nuestro tema central, donde Samuel Pagán, uno de los biblistas y traductores más reconocidos de habla hispana que ha trabajado por más de más de 30 años en la edición y preparación de cinco biblias, entre ellas, la Nueva Versión Internacional, explica de forma sencilla la importancia y el valor que ha tenido, tiene y tendrá el libro Sagrado, un texto sin pretextos, que tiene verdades eternas, historias para la vida y promesas para cada uno de nosotros.
Lee tu Biblia todos los días, recuerda que es una carta de amor para la humanidad.
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