La menstruación es un proceso biológico natural para las niñas y mujeres. Sin embargo, muchas de ellas lo consideran como un “tema incómodo” o del que “poco se habla”, esto sin contar que millones de adolescentes no tienen conocimiento sobre cómo proceder frente al ciclo menstrual sin sentirse avergonzadas.
La Universidad Politécnica de Valencia en España realizó un estudio a más de 4.000 personas entre mayo de 2021 y enero de 2022. Esta investigación reveló que el 35,7% de las mujeres encuestadas no sabían mucho acerca de cuáles eran sus períodos y el 56,1% no sabían lo suficiente sobre cómo proceder. Por otro lado, también reportó que las cuatro emociones más comunes durante la primera menstruación fueron vergüenza (23%), preocupación (20%), miedo (16%) y estrés (15%).
“La menstruación se sigue tratando como un tema incómodo que hay que ocultar y de lo que se oculta no se habla, no se investiga, no se legisla y no se le da la atención necesaria. Y la salud menstrual requiere esa atención”, dice Sara Sánchez. López, investigador del Instituto INGENIO y autor principal del estudio.
Menstruación, asunto de salud pública y derechos humanos
“Es importante cambiar la perspectiva alrededor del ciclo menstrual, ya que desde la llegada de la primera menstruación que hace alusión al inicio del ciclo menstrual y vida fértil, se nos enseñan que no es bueno decir cuando iniciamos la menstruación (inicio de sangrado). Si necesitamos una toalla higiénica nos toca a la escondida para que nadie sepa, ya que es visto como algo sucio y lo hemos llegado a entender como un fenómeno patológico en nuestro cuerpo. Pero no es así el ciclo menstrual es un proceso normal en el cuerpo de la mujer que se da por la interacción de hormonas hipotalámicas, hipofisiarias y ováricas, con el fin de preparar al cuerpo para el momento de una fecundación, es un regalo hermoso que nos ha dado Dios para poder dar vida” explica Laura Gil, médica de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (U.D.C.A) y Diaconisa de la Iglesia Casa Sobre la Roca, a la revista Hechos&Crónicas.
En Colombia, hay 17,3 millones de niñas y mujeres entre los 10 y 55 años según el DANE y Profamilia, este es un rango de edad considerado “en edad de menstruar”. En este sentido, al menos el 33,6% de la población en Colombia menstrúa y, por tanto, se trata de un asunto de salud pública y derechos humanos de gran alcance.
Nuestro país fue la primera nación en América Latina en quitarle el impuesto a las toallas higiénicas y tampones, gracias a un fallo de la Corte Constitucional en noviembre del 2018 que tumbó un impuesto del 5% que tenían estos productos. Años más tarde, este mismo tribunal decidió por unanimidad aplicar esta misma exención de impuesto a la copa menstrual y productos similares.
Según el movimiento “Menstruación sin impuestos”, las mujeres menstrúan un promedio cuarenta años en ciclos mensuales de 28 días, 5 de los cuales son de sangrado; un hecho propio del cuerpo de las mujeres, quienes requieren en promedio 25 toallas o tampones mensuales, 300 anuales y 12.000 a lo largo de la vida.
Sin embargo y a pesar de estos avances, en el período comprendido entre mayo del 2021 a mayo del 2022 el 2,2% de las mujeres colombianas en situación de pobreza usaron telas o trapos, ropa vieja, calcetines, papel higiénico o servilletas para atender su periodo menstrual. Este porcentaje es de 0,0% para las mujeres de clase alta.
Una de las razones más fuertes para que esto siga en la actualidad son las dificultades económicas para adquirir productos de higiene femenina. Según el Dane y Profamilia, las dificultades económicas para adquirir estos elementos son más frecuentes entre las mujeres jóvenes (31,0% entre mujeres de 10 a 17 años), con bajo nivel educativo (21,3% entre mujeres con nivel educativo primaria y secundaria), que se autorreconocen como indígenas (19,0%), en hogares con menores de edad (17,1%), sin ingresos propios (23,7%) y en clases sociales bajas (21,7% entre mujeres pobres).
Educar es destruir prejuicios
La Unicef sostiene que la educación sobre el ciclo menstrual entre niñas, niños y adolescentes es fundamental para romper prejuicios: “los beneficios de la educación sobre la menstruación son inmensos: las niñas faltan menos a la escuela y cuentan con habilidades para detectar y detener temas como discriminación o abuso, participan más y sacan más provecho de sus clases. Al saber cómo funcionan sus cuerpos y cómo cuidarse, tienen menos riesgo de sufrir infecciones prevenibles causadas por una pobre higiene menstrual. Al aprender sobre menstruación, los niños, adolescentes y hombres pueden ser aliados, tener conocimientos científicos y claros, generan empatía por estos cambios y pueden ayudar a eliminar prejuicios dañinos y vergüenza”.
Hoy en día existen distintas herramientas que enseñan, brindan información adicional sobre la menstruación, así como para dar seguimiento al ciclo menstrual, aquí algunas aplicaciones para hacer de la menstruación un proceso sin prejuicios:
Oky: es la primera app del mundo co-creada por niñas y para niñas y adolescentes con el objetivo de dar seguimiento al periodo menstrual. Proporciona información sobre la menstruación a través del teléfono celular a niñas y adolescentes de forma creativa, divertida y positiva..
Clue: Esta es una aplicación para el seguimiento del periodo y un recurso de la salud menstrual de confianza. Esta aplicación combina la ciencia y la tecnología para cambiar la manera como las personas alrededor del mundo aprenden, acceden y hablan sobre la salud menstrual y reproductiva.
Mi calendario menstrual Flo: Esta app, basada en tecnología avanzada de inteligencia artificial, ayuda a hacer seguimiento del ciclo, fertilidad o embarazo. Con Flo puedes hacer un seguimiento total: día de inicio y duración de la menstruación, ventana de fertilidad, síntomas del SPM, intensidad del flujo y mucho más. Cuenta con calculadora de ovulación, calendario de embarazo y cuenta con un asistente de salud que presenta informe mensual de salud personalizado con gráficos del período menstrual.
La médica Laura Gil concluye a la revista Hechos&Crónicas que “El ciclo menstrual va más allá de un sangrado en la menstruación, es un diseño único que tenemos como mujeres, para entender que estamos vivas, que en algún momento podremos dar vida, y que si no damos vida a través de este proceso el menstruar nos permite entender que tenemos salud, que nuestro cuerpo funciona correctamente o que si hay una alteración en este es una señal de alarma para empezar a cuidar nuestra salud. La menstruación no es pecado, no es anormal, no es algo sucio, no es algo impuro, es una bendición porque es salud femenina”.
Por: David Bernal – david.bernal@revistahyc.com
Foto: Annika Gordon – Unsplash (Foto usada bajo licencia Creative Commons)