Las Sagradas Escrituras es un compendio voluminoso de consejos, ayudas y exhortaciones sobre todo tipo de temas, una guía que nos dejó el Padre Celestial a todos sus hijos en pro de nuestro cuidado y bendición.
Así como un padre aconseja a su hijo en diferentes áreas de su vida, así hace Dios con todos sus hijos e hijas en nuestro día a día. Es tal la importancia de esta relación, que las Sagradas Escrituras tienen un libro entero de consejos para que los pongamos en práctica en nuestro andar diario.
En el mes del Padre, la revista Hechos&Crónicas quiere exaltar esa labor consejera y de guía que Dios tiene con nosotros, por tal razón en esta nota se recogen algunas de estas orientaciones divinas como un recordatorio de que Papá Dios siempre estará allí en la Biblia para mostrarnos el camino que debemos seguir. Así como un padre guía a su hijo en cualquier momento cuando lo considera necesario, Dios nos dejó el “manual del fabricante” para que recurramos a su sabiduría en cada momento, veamos algunos de ellos:
– Escuchar y atender la guía de los padres
Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar. Proverbios 1:8.
Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia. Yo les brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción. Cuando yo era pequeño y vivía con mi padre, cuando era el niño consentido de mi madre, mi padre me instruyó de esta manera: «Aférrate de corazón a mis palabras; obedece mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. No abandones nunca a la sabiduría, y ella te protegerá; ámala, y ella te cuidará. Proverbios 4:1-8
El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. Proverbios 10:1
– No despreciar la corrección
Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. Proverbios 3:11-12
– Escoja muy bien sus compañías
No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». 1 Corintios 15:32
El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado. Proverbios 13:20
No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa. Proverbios 22:24 – 25.
– Cuidado con las mujeres adulteras
Así que, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras. No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes por sus caminos, pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables. Su casa lleva derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte! Proverbios 7:24
Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos. Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho pozo, la mujer ajena. Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres. Proverbios 23:26-28.
– Prudencia a la hora de hablar
Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad. El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber. Proverbios 16: 22-23
El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. Proverbios 10: 19-20
El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. Proverbios 13:3
La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. Proverbios 15:1
– Ojo con la pereza
¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos. Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado? ¿Cuándo despertarás de tu sueño? Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos… ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado! Proverbios 6:6-11
El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos. Proverbios 13:4
La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar; todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad. Proverbios 21:25-26.