Rompiendo con el bro-code

por Revista Hechos&Crónicas

El pacto de hermanos es el lugar seguro donde los hombres se cuentan sus secretos, bromean sobre las mujeres y hablan entre ellos sobre temas sexuales. Pero, ¿por qué se debería romper?

Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. Proverbios 18:24.

¿Cuántas veces hemos escuchado algunas bromas pesadas entre hombres? Hasta tienen su propia jerga para hablar sobre las chicas y el sexo. “Bros before hoes” (amigos antes que mujeres), es la regla de oro de la amistad masculina, que ha sido usada desde el 2001 para describir cómo entre hombres no se abandonan. Así pues, el código de los hermanos describe una lealtad que antepone la amistad a las relaciones amorosas.

Todo esto parece muy normal, todos podemos tener una amistad cómplice. Sin embargo, el código de los hermanos se ha manifestado como un pacto patriarcal que comienza desde la pubertad con la objetivación y sexualización de las niñas, cuando se les hace divertido meterse con las chicas solo porque son chicas, se normaliza el ser insensibles, se les enseña a ocultar las emociones y se les presiona a tener sexo y compartir sus experiencias ya que, si no lo haces, no eres un “hombre”.

Se vuelve casi un ciclo en el que se prefiere celebrar o ignorar cuando alguno de los brothers hace algo incorrecto. El bro-code se genera a través del silencio cómplice, al hacerse los ciegos frente a acciones que realizan los amigos con malas intenciones. Un ejemplo de esto es hacer chistes sobre violación, sobre emborrachar a una mujer para que sea más “fácil”, sobre compartir imágenes de sus novias, enviar y reenviar fotos y videos pornográficos en los grupos de WhatsApp. Pero nadie dice nada, ¿será algo normal entre hombres?

El pacto patriarcal

Ese término fue acuñado por escritoras e investigadores feministas desde hace varios años que lo definieron como “una alianza basada en la complicidad y el silencio, donde los hombres se protegen, legitiman y excusan sus actitudes y acciones misóginas, sexistas y homofóbicas”.

Los hombres son educados para comportarse como una masa homogénea, con objetivos claros, como un “macho” que no se deja mangonear por nadie, que debe ocultar sus sentimientos y mostrar su masculinidad a costa de las mujeres. Básicamente, el bro-code está manteniendo unos acuerdos patriarcales que protege los privilegios del hombre. Claro está que cuando somos adolescentes, no siempre tomamos la violencia de inmediato. Sin embargo, esa presión social existe para probar la masculinidad de los chicos y ha terminado por lastimar a hombres y mujeres por igual.

  • No protejas abusadores, hazles saber que sus actos tienen consecuencias y sanciones si es el caso.
  • Reconócete como un individuo que no pertenece a un estándar de masculinidad.
  • Señala, rechaza y no participes en actos machistas
  • Sana tus heridas, si es necesario asiste a terapia.
  • Reconcíliate con tus emociones y aprende a comunicarte asertivamente.
  • Reconoce a las mujeres como seres igual de capaces e inteligentes que tú.
  • Escucha con respeto, pero no seas cómplice.
  • Respeta la privacidad de tu pareja, no compartas sus fotos o las de otras mujeres.
  • Cuida tu sexualidad y no uses palabras obscenas.
  • Dialoga el tema con otros hombres, que sepan que es importante cultivar amistades sanas que no perjudiquen a otras personas.
  • No compitas, haz comunidad.

Rompe el silencio

Imaginemos que uno de nuestros amigos ha lastimado a muchas chicas y que está saliendo con una nueva chica…Si ella te pregunta “¿realmente es un buen chico?”, seguramente pensarás: “No puedo hablar mal de mi hermano”. Por lo que prefieres ignorar su pasado y decirle que tu amigo es un buen partido. Esto es lo que suele suceder, pues entre hombres respetan el bro-code.

Desde la familia, amigos y la sociedad se construye una mentalidad machista que prefiere proteger al hombre (que es además tu amigo, tu brother) que a una mujer. El documental The Bro Code: cómo la cultura contemporánea crea hombres sexistas habla de cómo la cultura popular, las películas, el deporte, la televisión y la publicidad cosifica y sexualiza a las mujeres, alentando sistemáticamente a los hombres a hacer prejuicios de género y normalizar la violencia sexual. Por eso los hombres deben ser los primeros en romper el silencio pues si para todos es normal ese código, nadie va a hacer nada para romperlo.

Jesús rompió el bro-code

Juan 8:1-7 nos cuenta cómo Jesús rompe el silencio y defendió a una mujer que fue sorprendida en adulterio. Los maestros de la ley y los fariseos seguían unos códigos machistas y con piedras pretendían castigar a la mujer. Sin embargo, Jesús no se quedó callado, ni hizo caso omiso a la situación, sino que demostró que no somos nadie para juzgar al otro y que no podemos ser cómplices de las acciones misoginias y machistas que subestiman a la mujer y ejercen presión sobre los hombres. Los códigos han cambiado, pero las ideas siguen latentes, por eso, tanto hombres como mujeres debemos seguir el ejemplo de Jesús y romper el pacto.

Foto: Matheus Ferrero – Unsplash  (Foto usada bajo licencia Creative Commons)

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