Un chip en el cerebro, plan futurista

por Revista Hechos&Crónicas

“La anatomía me enseña la composición orgánica, la fisiología me adiestra sobre su funcionamiento, la neurología me aclara la conexión misteriosa entre el cerebro y todos los miembros”. Darío Silva-Silva.

El día 28 de agosto se informó en diferentes medios de comunicación, cómo la empresa Neuralink, de Elon Musk, físico, emprendedor, inventor y magnate sudafricano, nacionalizado en Canadá y EE.UU., presentó por internet los avances de su plan futurista: “microchip para conectar el cerebro de una persona con el ordenador”.

Según los primeros esbozos técnicos, el chip sería en realidad un “cordón neuronal” consistente en pequeños electrodos cerebrales capaces de compartir información procedente de un sistema informático con nuestro cerebro. Con esta conexión pretende desarrollar las capacidades cognitivas de los seres humanos. Según el empresario, el implante del chip “no será doloroso”, y el proceso se asemejará a los procesos de cirugía láser ocular.

Proyecto hacía el futuro

El chip aún no se ha probado en personas. Cuando se haga, será un robot quirúrgico el que lo implante en la corteza superior del cráneo. Musk mostró los resultados de experiencias realizadas en cerdos a los cuales se les implantaron chips en el cerebro, bautizados como Link VO.9, son dispositivos de unos ocho milímetros de diámetro, con miles de electrodos conectados a hilos flexibles, cuyo grosor es menor al de un cabello humano y que son capaces de monitorear, la actividad de las neuronas.

El objetivo es potenciar las capacidades cognitivas humanas a través de la inteligencia artificial para, convertirnos en una especie de “ciberborgs” (organismos cibernéticos).

Experimentación

Esta no es la primera experimentación de implantes de chips cerebrales, no obstante, desde hace más de una década los médicos implantan estimuladores de nervios a fin de tratar la sordera, o electrodos en el cerebro para estimularlo y así tratar el párkinson, la epilepsia y el dolor crónico. Asimismo, han hecho experimentos para que quienes tengan parte de su cuerpo paralizado o amputado puedan usar las señales del cerebro para operar el teclado de un computador o controlar las prótesis robóticas. En los últimos años, otras empresas como Braintree, Paradromics o CTRL Labs, comprada por Facebook, han trabajado en tecnologías similares.

No es algo nuevo

“Científicos españoles crean chip que administra fármacos en el cerebro”, así lo asegura la publicación, El Resumen, Cuba en resumen, del 5 de abril de 2013. Un equipo de Investigadores en España ha creado un nuevo chip que al introducirlo en el cerebro facilita el registro de la actividad neuronal in situ, lo cual abre las posibilidades para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o la epilepsia.

Desventajas

En este experimento de aplicar fármacos al cerebro, contrario a ello, el nuevo dispositivo está elaborado a partir de un polímero SU-8, más manuable y biocompatible y permite suplir el registro microscópico de las funciones neuronales junto al suministro de fármacos, pero “en muchos casos, la detección de la epilepsia, el Parkinson y el Alzheimer sólo puede realizarse a través de electrodos implantados de forma semicrónica en el cerebro de los pacientes.

Las tecnologías empleadas  en este campo deben ser, por ello, lo menos invasivas posible y garantizar una respuesta biocompatible, así como la integridad de los circuitos neuronales adyacentes al implante”, aseguró Cajal Liset Menéndez de la Prida, coordinadora científica del proyecto.

El cristianismo frente a la tecnología

Desde el punto su vista cristiano el escritor español de los bestsellers: ¿La ciencia encuentra a Dios? y Bioética cristiana, el doctor Antonio Cruz Suárez, biólogo, profesor y licenciado en Ciencias Biológicas, en su libro: El cristianismo Frente a la Aldea Global, escribe: “Los peligros de la ciencia y la técnica actuales surgen sobre todo debido al poco control que la sociedad posee sobre determinadas investigaciones.

El secretismo existe en ciertas áreas como los estudios tecnológico-militares, genéticos, farmacológicos, químicos e industriales, degrada la propia ciencia, ya que al no informar adecuadamente a los ciudadanos, ellos no pueden opinar, ni ejercer su derecho a la crítica razonada y constructiva”.

En cuanto a la tecnología

Desde esta perspectiva, el doctor Cruz, en el mismo libro, agrega: “por lo que el estamento científico que trabaja discreción sin ningún tipo de restricción ética. El único criterio parece ser el de los beneficios económicos a largo plazo. Además, la tecnociencia se vuelve incapaz de controlar las consecuencias de sus descubrimientos sobre la biosfera y el propio ser humano… La actual civilización tecnológica se mueve vertiginosamente sin saber cuál es su destino”.

Moral y ética

En cuanto a la moral y la ética cristiana, el doctor Cruz manifiesta: “No obstante la moral cristiana que parte del respeto a la creación por ser la obra de Dios, nos impone el deber de evaluar la tecnología con el fin de eliminar todos aquellos proyectos que impliquen una agresión a la naturaleza o al hombre. Desde la perspectiva de la fe hay que proponer una moral planetraria de la moderación y la sobriedad.

Como aconsejaba el apóstol Pablo: Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad. No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio. 1 Tesalonicenses 5:5-6. Esta sobriedad debe caracterizar a los creyentes del presente y oponerse a la idea, tan difundida hoy, de que el desarrollo científico es imparable”.

El cuerpo humano y Cristo como cabeza

El reverendo Darío Silva-Silva, presidente de Casa Sobre la Roca y de la revista Hechos&Crónicas, en su libro El Código Jesús, en cuanto al cuerpo de Cristo y su anatomía, escribe: “La figura anatómica- fisiológica-neurológica ‘Cuerpo de Cristo’ no es puramente literaria. Se trata de una realidad vital. Los creyentes integramos la intrincada pero armónica red de miembros que, interconectados entre sí, obedecen a la cabeza que es Cristo y el Espíritu Santo distribuye los fluidos vitales y dinamizar el sistema nervioso que lleva las órdenes a las coyunturas, al último músculo, al más pequeño cartílago, a la insignificante pestaña”.

Por: Hilda Cristina López Carvajal / @forjatalentos (Twitter)

Foto: Jesse Orrico – Unsplash (Usado bajo Licencia Creative Commons)

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