Samuel Pagán: El adn del Manual del Fabricante

por Jennifer Barreto

¿Dé donde salió el libro más leído del mundo? ¿Qué versiones hay? ¿Cómo se ha traducido la Biblia a través de los años? ¿Cuál es la mejor versión? Estas y otras preguntas son respondidas Por Samuel Pagán, uno de los biblistas y traductores más reconocidos de habla hispana que ha trabajado por más de más de 30 años en la edición y preparación de cinco biblias de estudio; una de esas, la Nueva Versión Internacional.

Muchos que aun no se han atrevido a abrir el Libro de libros, se preguntan… ¿y cómo es la Biblia? “La Biblia es como una carta de amor para la humanidad, y las cartas de amor están saturadas de sentimientos, encierran el ADN de quien las escribe”. Cuando escuché esta respuesta del doctor Samuel Pagán, en mi mente dije: sí, es la mejor carta de amor de Dios para el mundo entero.

Ese texto sagrado, transformador y que jamás ha perdido vigencia, se ha convertido en el libro más importante para los creyentes en Jesús, “es ahí donde buscamos orientación cuando tenemos dificultades, nos sentimos desorientados en la vida y no sabemos por dónde ir. Es un libro importante porque nos da fortaleza, nos ayuda a tomar decisiones y a salir de la oscuridad”, explica el biblista.

“¿Y cómo es el Dios bíblico?”, Pregunta Pagán en un reciente seminario de Versiones Bíblicas. De inmediato responde: “Llega Moisés, recibe la Palabra y la comunica. A mitad de camino se da cuenta que lo que está diciendo el Señor es importante y Dios le dice: ‘No te preocupes que vamos a escribir estas tablas de la ley’. Entonces el Señor escribe con el dedo los 10 Mandamientos que han roto los linderos de la historia y son hoy en día estatutos para muchos lugares. El Dios Bíblico está interesado en hablar, comunicarse con el pueblo. Entonces, Moisés no solo tiene la revelación divina, sino documentos, y ahí es cuando el Dios Bíblico empieza a crear textos que se han convertido en un documento que ha llegado a muchas partes del mundo: La Palabra de Dios, donde ese Dios bíblico se revela de forma extraordinaria”.

“La Biblia no se escribió la semana pasada”

Entendamos esta frase. La Biblia no es un libro normal, tardó mucho tiempo en escribirse, fueron más de 40 autores los que participaron en ella, fue un trabajo muy lento. “En esa época no había internet, no había comunicaciones. Cuando la Biblia se escribió el mundo era despacioso, la gente no sabía leer ni escribir, tocaba buscar personas que supieran hacerlo y eso tardaba mucho. Lo que primaba era la oralidad, pero la gente se dio cuenta que eso tocaba escribirlo para no olvidar las enseñanzas y se pudieran replicar generación tras generación”, cuenta de forma fascinante el experto, a lo que además agrega: “Entendamos también que la Biblia no se escribió en español. El Antiguo Testamento se escribe en hebreo y algunas porciones en arameo. Es importante saber que la Biblia se redacta en un tiempo diferente al nuestro y los escritores también eran bien distintos. Por ejemplo, mientras que Pablo era muy educado y su griego era bastante bueno; Pedro, no tenía un griego tan desarrollado, él era más modesto, sencillo”.

En tercer lugar, el doctor Pagán cuenta que la Biblia se escribió en una cultura diferente a la nuestra. “La cultura de Abraham era la judía hebraica, pero en el entorno del Oriente Medio antiguo de Babilonia; y el hebreo de Moisés, es un hebreo influenciado por el egipcio, el copto. Luego, el hebreo de los profetas, depende si el imperio era babilónico, persa, sirio, etc.”.

Así se “cocinó” la Biblia

El especialista en traducciones bíblicas expone que el documento más viejo del Antiguo Testamento al parecer es un texto descubierto en las cuevas del Qumrán (ubicado en el desierto de Judea) que incluye el capítulo 40 de Isaías y ese documento es 250 a. C. En el caso del Nuevo Testamento, asegura que posiblemente es el Papiro 52, que data del 160 al 180 de la era cristiana.

Anteriormente las versiones de las Sagradas Escrituras eran “cocinadas” por un solo traductor. “Antiguamente una persona traducía la Biblia. Algunos fueron Martín Lutero, Casiodoro de Reina, Cipriano de Valera, que solo utilizaron cinco o quizá seis manuscritos, porque era lo que había disponible en su época”, dice el doctor Pagán.

Hoy en día, gracias a los descubrimientos, los traductores (personas muy estudiosas) cuentan con miles de manuscritos. “En esta época, contamos con hombres y mujeres de diferentes nacionalidades, edades y denominaciones para que la Biblia no sea ni bautista, ni pentecostal. Por ejemplo, el comité de nosotros está conformado por ministros activos del evangelio de Argentina,  Chile, Colombia, Costa Rica, México, Puerto Rico y Estados Unidos.

El ministerio de las traducciones de la Biblia es complejo. Las personas que traducen, no solo deben dominar los idiomas bíblicos (hebreo, arameo y griego), sino estar al día en las disciplinas tradicionales de exégesis y teología. Algo verdaderamente importante, es que estas personas deben estar en comunicación con las iglesias y en diálogo con la academia. Y ciertamente deben dominar el idioma al cual los manuscritos antiguos van a ser traducidos en la sociedad contemporánea. Esto es importante porque la lengua es componente vivo, se transforma, cambia y varía a través de los siglos, y necesitamos entender cómo pensaban y se expresaban en tiempos bíblicos para traducir esa manera de pensar y comunicar a como lo hacemos en nuestros días.

Cuando traducimos lo hacemos con los manuscritos mejores y los más antiguos. Por ejemplo se ha llegado al Papiro 52, 42, 48; y en los manuscritos del Antiguo Testamento que nosotros utilizamos usamos un texto muy custodiado que se llama la Biblia Hebraica Stuttgartensia que tiene pocas dificultades textuales. El Nuevo Testamento lo hacemos con el Nuevo Testamento griego 28 revisado que también supervisa y custodia la Sociedad Bíblica”, explica el biblista.

¿Qué se descubre al estudiar a Jesús de Nazaret?

Samuel Pagán lo explica de esta forma: “Nos damos cuenta que Jesús tiene dos componentes fundamentales en sus narraciones. Primero, estudiamos a Jesús desde la perspectiva de sus mensajes, esas palabras sabias que llegan a la humanidad. Cuando llegan los textos bíblicos tenemos que traducirlos de tal forma que palabras similares y expresiones equivalentes se traduzcan en castellano con el fin de revelar la intención original de los autores.

Segundo, estudiamos a Jesús desde la perspectiva de los milagros. Vemos que hay cuatro tipos: las sanidades (Jesús sanó a un sordo, ciego, etc.), liberación de demonios (endemoniado gadareno), resurrección de muertos (Lázaro) y los milagros sobre la naturaleza (calmar la tempestad, la pesca milagrosa, etc.”.

¿Y cuál versión del Antiguo Testamento leyó Jesús?, fue una de las preguntas que le formularon a Samuel Pagán en el reciente seminario de Versiones Bíblicas, a lo que él respondió: “Cuando me encuentre con Él le voy a preguntar (risas), pero posiblemente leyó un documento hebreo llamado Tanaj: Torá (Ley), los Nevi’im (Profetas) y los Ketuvim (Escritos); Y Jesús debió haber leído el que estaba disponible en el primer siglo de la iglesia”.

¿Por qué leer la Nueva Versión Internacional?

Porque se puede comprender mejor el mensaje contenido en pasajes complejos. “Los miembros del comité se ocuparon de dar continuidad a la presentación de la Palabra de Dios en un español internacional, nutrido de belleza literaria y que, al mismo tiempo, facilita su lectura pública. La filosofía de traducción de la NVI, además, afirma la fidelidad a los mejores manuscritos disponibles actualmente. Esta revisión, además, en el espíritu y tradición de Bíblica, ha tomado en consideración sugerencias, comentarios y recomendaciones de creyentes de todo el mundo de habla castellana”.

 “La mejor versión es la que usted lee”

Con esto finaliza Samuel Pagán: “Mi abuela nunca dejó la Reina Valera de 1909. Cuando salió la del 60 decía que por qué dañaban el texto bíblico; pero mis papás se criaron con esa. Todos los textos que yo me sé de memoria son de la Reina Valera del 60, pero la que leo es la Nueva Versión Internacional que es la que leen mi hijo y mi nieto pero en inglés. Cada uno tiene su texto con el que se siente cómodo. Pero déjeme decirle que Juan 3:16 es el mismo versículo en Reina Valera de 1909, de 1960, en NVI y en todas las versiones. Lo que sucede es que las palabras cambian para facilitar nuestros procesos de comprensión y entendimiento del texto bíblico. La mejor versión de la Biblia es la que usted lee, porque es con la que se siente cómodo”.

Mensaje de Samuel Pagán, biblista y traductor bíblico, por el “Mes de la Biblia”:

Por: Jennifer Barreto – jennifer.barreto@revistahyc.com

Foto: Archivo particular

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