Solo para niños y niñas

por Revista Hechos&Crónicas

¡Hola! Que alegría que nos leas. Estamos felices de escribir estas letras para ti. Ponte cómodo y disfruta de este importante mensaje para tui vida ¿Preparado?

¿Sabías que? Dios siente un amor infinito por e incondicional hacia ti? Sí, Él te ama tanto que te formó en la pancita de mamá, te hizo único e irrepetible. Aunque no lo creas, no hay otro como tú, ninguno tiene tu misma huella digital, ¿Lo puedes creer?

Pero ahora tal vez pensarás… “Si Dios me creó y me hizo especial, ¿por qué a veces no estoy contento conmigo? ¿por qué a veces se burlan de mí y me hacen sentir mal?”

Todos pasamos por eso… hay situaciones que bajan nuestra autoestima, nos desmotivan y nos hacen dudar de quiénes somos en Cristo. Pero ¿sabes?, siempre tendremos que afrontar momentos así; por eso desde pequeño debes aferrarte a lo que dice la Palabra de Dios para ser fuertes y valientes en toda situación. Recuerda que Él promete que cuidará de ti y nada te hará daño. A propósito… ¿tienes Biblia? no te imaginas todas las historias y enseñanzas que hay ese Súper Libro, además descubrirás muchas promesas maravillosas.

A continuación lee este cuento titulado: Una nueva apariencia

—Me encantan los anteojos que elegiste, Elena —comentó su madre cuando llegaron a casa después de una cita con el oftalmólogo—. ¡Te quedan muy bien!

La niña suspiró mientras se sacaba su abrigo y lo colgaba en el armario.

—Eso me dijeron también en el consultorio del doctor, pero…

—Elena se sacó sus anteojos y se frotó los ojos—. En realidad no quiero llevar mis anteojos a la escuela mañana, mamá. ¿Y si los chicos se burlan de mí?

— ¡Oh, hija!, muchos niños usan anteojos, y los tuyos se ven muy lindos —aseguró la madre—. No tengas miedo de que los demás niños de la escuela vean que ahora usas anteojos. Si alguien te  molesta, avísame, pero estoy segura de que los chicos se acostumbrarán con el tiempo a tu nueva apariencia.

Elena miró los anteojos que tenía en su mano.

—Creo que tienes razón —dijo mientras se los volvía a poner—. Que se burlen no será tan malo como no poder ver bien.

— ¡Exactamente! —mamá puso su cartera en la mesa y colgó su abrigo—. ¿Sabes? Recuerdo que también tenía miedo de que se burlaran de mí por ni nueva apariencia cuando tenía tu edad.

— ¿En serio? —Elena se dejó caer en el sillón—. ¿También tuviste que usar anteojos?

—No —respondió su madre—. Tenía miedo de que los chicos se burlaran de mí si se enteraban de que era cristiana.

— ¡Oh! —Expresó Elena—. ¡Me parece que ese es un cambio mucho más fuerte que empezar a usar anteojos!  Mamá asintió.

—Era una nueva cristiana y estaba emocionada de ser una seguidora de Jesús y de tenerlo en mi vida. Pero cuando estaba con mis amigos, todavía hablaba y actuaba como siempre. Tenía una nueva vida, pero tenía miedo de que mis amigos se burlaran de mí si les dejaba ver el cambio que Jesús había hecho en mí —la madre sonrió a su hija—. Así como tú debes ponerte tus nuevos anteojos, yo debía revestirme de mi nueva persona. Tenía miedo de hacerlo… como todos, a veces, pero Dios trabajó en mi corazón y me ayudó a ser lo suficientemente valiente como para mostrarles a mis amigos mi nueva apariencia.

Piensa esto…

Si tienes gafas o no, si tal vez sufres de alguna enfermedad que te haga sentir menos que los demás, si crees que Dios se equivocó al crearte, o tienes una imagen distorsionada de lo que eres, ¡no creas más mentiras! Dios formó niños y niñas con características especiales, y tú eres uno de ellos. Agradece a Dios por lo que eres, y antes de preocuparte por si tienes gafas o no, si eres gordito o flaquito, si tienes pelo crespo o liso, etc., preocúpate por ser testimonio para otros.

Si otros te ofenden, no ofendas, no pagues con la misma moneda. Ora por aquellos que quieren hacerte mal. Tú más bien, brilla con la luz de Jesús y comparte a tus amigos de su amor. Deja que ellos vean la diferencia de lo que Él hace en tu vida. Recuerda que Dios te hace una nueva persona y te da una nueva identidad. Él está contigo y te dará la valentía suficiente cuando lleguen las burlas o las críticas.

Queridos amiguitos:

Es momento que fijen su mirada en Jesús. Recuerden lo que dice Colosenses 3:12-14 (TLA): Dios los ama mucho a ustedes, y los ha elegido para que formen parte de su pueblo. Por eso, vivan como se espera de ustedes: amen a los demás, sean buenos, humildes, amables y pacientes. Sean tolerantes los unos con los otros, y si alguien tiene alguna queja contra otro, perdónense, así como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todo, ámense unos a otros, porque el amor es el mejor lazo de unión.

La revista Hechos&Crónicas les desea a todos los niños y niñas que nos leen, un feliz mes del Dios. Dios los bendiga siempre.

Foto: Freepik (Foto usada bajo Licencia Creative Commons)

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