Pensamientos incorrectos de un servidor

por Revista Hechos&Crónicas

¿Sirves en tu iglesia? ¿Hace cuánto? ¿Cómo te sientes haciéndolo? ¿A quién le sirves? ¿Alguna vez se te han pasado pensamientos tóxicos sobre lo que haces en tu iglesia? Ten cuidado, cuida tu mente y no te dejes contaminar.

1 – “Definitivamente soy lo que hago”

Aunque no lo creas, una tendencia común entre servidores es basar su identidad con el servicio. Creen que lo que son y lo que valen es gracias a lo que hacen. Es peligroso basar nuestra identidad en nuestro servicio, ya que sin darnos cuenta comenzamos a servir de forma tóxica porque todo lo que hacemos depende de eso. Recordemos que somos hijos de Dios y únicamente necesitamos a Jesús.

2 – “Es el colmo nadie me reconoce”

Recuerda que no sirves para buscar reconocimiento, ni sirves para encontrar aprobación de otros. Servimos con una respuesta al amor y a la gracia de Dios en gratitud.

Si eres de los que busca aprobación por lo que haces, estás equivocado. Primero debes regresar a los fundamentos de la fe para que encuentres plenitud y a partir de ahí, servir.

Una manera de eliminar este pensamiento constante, es que en lugar de buscar ser reconocido por alguien, hagas la tarea de reconocer a otros. El único verdadero reconocimiento es el que Dios nos puede dar, ¿a quién le sirves?… ¿a Dios o a los hombres?

Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. Mateo 6:1.

3 – “Yo he dado mucho”

Cuando empezamos a pensar que estamos dando mucho, es un síntoma de que quizá, sin darnos cuenta estábamos esperando algo a cambio y que al no recibirlo, estamos calculando lo que la iglesia “nos debe”.

Recuerda que no servimos para recibir algo a cambio, servimos con un corazón generoso y alegre, no forzado y obligado. No servimos por obligación, sino por amor y con alegría de corazón.

4 – “Soy el líder y deberían honrarme”

Hay una gran diferencia entre buscar el funcionamiento del equipo y el logro de las metas, la búsqueda del reconocimiento personal, o el engrandecimiento de un puesto. Recuerda: nuestra meta no es tener un título, es edificar a la iglesia.

La honra que los líderes obtienen es el fruto de personas con corazones sanos que sirven a sus equipos. Cuando la honra se exige, es la evidencia de un deseo de reconocimiento personal y la falta de atención y servicio al equipo.

5 – “Sí yo fuera líder, lo haría mejor”

Cuando estamos en un equipo, es común darnos cuentas de las áreas  de oportunidad que tienen nuestros líderes. Sin embargo, cuando notamos esas deficiencias, para nosotros deberían ser una oportunidad para aportar, y no una razón para criticar.

En realidad ningún líder tiene todo resuelto y todo perfecto, así que aún que se nos cumpliera ese pensamiento de nosotros ser líderes, la realidad es que nos enfrentaremos por la misma situación; tendremos muchas áreas de oportunidades también, y qué bueno sería tener gente en nuestro equipo que las viera como una ocasión para servir, y no para competir.

Verdades que la Biblia  enseña acerca de los servidores:

– Ser un servidor es ser como Jesús. Filipenses 2:7.

– El servicio hace grande al servidor. Mateo 20:26.

– Un servidor estará en la voluntad de Dios, ya que es lo que Jesús vino a hacer. Marcos 10:45.

– Un servidor se caracteriza por su entusiasmo. Romanos 12:11.

– Un servidor es un facilitador de milagros. Juan 2:7.

Foto: Erik Aquino – Unsplash 

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