Cómo lidiar con desacuerdos

por Revista Hechos&Crónicas

Somos de carne y hueso, e inevitablemente tendremos desacuerdos. La Biblia nos enseña cómo se manejan los desacuerdos cuando se presentan como algo ineludible. Un gran ejemplo son Abraham y Lot, dos parientes cercanos que ofrecen un modelo edificante.

Abram se había hecho muy rico en ganado, plata y oro. Génesis 13:2. Era riquísimo el padre de la fe. Por eso comenzaron las fricciones entre los pastores de los rebaños de Abram y los que cuidaban los ganados de Lot. (v. 7a).

Hay un desacuerdo entre Abram y su sobrino Lot por causa de las riquezas materiales. Así que Abram le dijo a Lot: No debe haber pleitos entre nosotros, ni entre nuestros pastores, porque somos parientes. (v. 8).

El padre de la fe es Abram. Siempre supo manejar la llave del acuerdo. Inmediatamente comienza el problema, hay que ponerle punto final, es su clave ¿Qué nos dice la Biblia? Lot, a pesar de que su tío actuó con tanta generosidad, no le dijo, como sería de esperarse: «Tú eres mi autoridad y tienes el derecho a elegir».

Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán, hasta Zoar, era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto. (v. 10a).

Lot visualizó la mejor parte de la tierra, y puso sus tiendas a la orilla del río Jordán hasta Sodoma, que era una gran ciudad de la época. Compró un penthouse en el Central Park y fue tremendamente prosperado. Y aunque Abraham tuvo que resignarse a una peladera, también en este caso funcionó la llave del acuerdo.

Abraham renunció a sus derechos en beneficio de su sobrino, ¿y qué sucedió? La tierra que escogió Lot, empezando por la gran ciudad de Sodoma con el penthouse, fue arrasada por el fuego del cielo, y el peladero que le tocó en suerte a Abraham se convirtió, por un milagro divino, porque Abraham manejó la llave del acuerdo, en la tierra que fluye leche y miel.

El fruto del acuerdo es inocultable en este caso. Lot es un ingrato. Abraham lo ha traído consigo y, cuando su tío elimina la contienda renunciando a sus derechos, elige la mejor parte, lo que después queda reducido a cenizas. Este episodio demuestra que el desprendimiento elimina el desacuerdo.

El apóstol San Pablo les dice a los corintios: «He oído que tienen pleitos entre ustedes, ¿cómo es posible que los cristianos tengan pleitos entre sí? ¿Por qué más bien no se dejan defraudar antes que tener pleitos?» ¿No dijo Jesús: «Al que te pida el manto dale también la capa?» El acuerdo es el que permite que la bendición venga sobre Abraham.

Por: Rev. Darío Silva–Silva , fundador y presidente de Casa Sobre la Roca, Iglesia Cristiana Integral.

Foto: Shurkin_son –  Freepik (Foto usada bajo Licencia Creative Commons)

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