Recordando una parábola: “Lo que necesitan tus sueños”

por Editor

Ya había escuchado esto antes: un hombre noble dando talentos a sus siervos, una parábola que cuenta Jesús a sus discípulos amados en Mateo 25:14-29.

Recuerdo que la escuché por primera vez a mis 11 años. Por naturaleza, en mis mayores preocupaciones no estaba pensar en un futuro. ¿Saben por qué? Porque Entre los 13 y 15 años de edad, por lo general los preadolescentes se enfocan en sus propias necesidades y preocupaciones. A medida que avanzan a través del bachillerato entre los 15 y 18 años de edad, comienzan a adentrarse en la adultez. Y cuando tienen entre 18 y 23 años, la mayoría de estos jóvenes finalmente entienden que su futuro dependerá de ellos mismos.

Hablando con algunos jóvenes, me di cuenta que el temor de no cumplir sus sueños siempre entra cuando acabamos un ciclo en la vida. Cuando se acaba el  bachillerato, por ejemplo, el temor de estudiar lo correcto, es una decisión que los llena de pánico. ¿Y qué decir de los jóvenes que terminan su carrera? Aparece el temor de saber si realmente pondrán en práctica lo aprendido. Cada final lleva consigo un miedo al fracaso que nos paraliza, pero hay que respetar los temores de cada ciclo de vida. La clave, identificarlos y sacarlos de la cabeza.

Entendiendo este tema en la sociedad, la parábola que Jesús narra a sus discípulos está escrita para usted y para mí. Se trata de tres hombres a quienes se les dan talentos según su capacidad para vivir en esta Tierra. Es lo mismo que se nos dio a cada ser humano para lograr lo que a medida del tiempo vamos soñando.

Los sueños, lo que queremos alcanzar, necesariamente requieren de nuestros talentos. Farid Lozada, Coach de liderazgo y especialista en éxito empresarial dice: “Los sueños son aquello que verdaderamente quieres, por lo que estarías dispuesto a trabajar sin sueldo ni vacaciones… Donde tus talentos son tu motor… tu verdadero sueño en la vida… lo que estarías dispuesto a que ocupe tu mente las 24 horas del día sin parar”.

La Tierra necesita más gente que ame lo que hace, así que… ¿Qué podemos aprender de esta parábola? Sencillo, ser como el hombre que terminó con más de lo que se le fue dado desde un principio…

Cinco talentos: Y el que había recibido cinco talentos fue y negocio con ellos, y ganó otros cinco talentos. Mateo 25:16.

Primero identifique cuáles talentos le fueron dados para ir a soñar. Todos en la Tierra debemos dones y talentos que tenemos que poner en práctica. Después de que usted identifique cada uno de ellos, lo primero que debe tener es tener “disciplina”.

Gracias a ella, las personas pueden actuar de forma determinada hasta conseguir sus sueños y objetivos. Entrenándola se puede corregir, moldear, fortalecer y perfeccionar la misión de vida, formando buenos hábitos para avanzar y establecer una serie de reglas personales que enfoque alcanzar los objetivos propuestos.

Dos talentos: … Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Mateo 25:17.

La perseverancia, la constancia y la actitud son piezas clave para ganar más cosas en la vida. Cuando se es persistente en un sueño, no se pierde de vista tan fácilmente el objetivo. Es necesario que con los talentos que nos son dados, crezcamos. Crecer es el enfoque para el éxito.

Un talento: Pero el que había recibido  uno fue y cavo en la tierra, y escondió el dinero de su Señor.

César Piquera, Coach de liderazgo en el emprendimiento de empresas, aclara que todo ser humano tiene la capacidad de poner en práctica sus talentos para alcanzar un sueño. Quien se queda en un solo lugar mientras pasan los años, no ha conocido realmente el éxito. Cuando aclaramos que tenemos capacidad de crecer, entendemos que el último hombre del que habla Jesús en la parábola fue un siervo inútil, que no trabajó para lograr lo que realmente vino a la tierra.

Cinco talentos, dos o uno, depende de usted lo que hace con ellos. Los sueños necesitan plantearse para que usted pueda alimentarlos. Ojalá que al final de la ruta nos puedan decir como al hombre de la parábola: Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Mateo 25:23.

Por: Diana Valderrama – @Dianavalderram2

Foto: 123RF

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