El ladrón de identidades

por Revista Hechos&Crónicas

El robo de identidad se convirtió en el delito informático más común durante la pandemia por el COVID de 2020.

Cifras de comisión federal de comercio indican que el reporte por robo de identidad en Estados Unidos se duplicó en el 2020. Luego de recibir 1,4 millones de reportes de casos de robo por identidad falsa. En Colombia específicamente pasó del 21 % al 30 %. Bogotá, Pereira y Cúcuta son las ciudades más afectadas.

Hoy quiero poner en evidencia a un ladrón mayor que estos, que se ha especializado en robar nuestra identidad como mujeres. Se llama Satanás, el ladrón de identidades. A diferencia de las estadísticas anteriores, en las que en ocasiones los casos son bien resueltos, descubren a la persona y les es devuelto el dinero robado, este robo de identidad se roba tu alma, te atrapa la mente, controla tus emociones y mantiene cautiva tu voluntad.

Este ladrón quiere robarnos más que el dinero; quiere robar el diseño con el que fuimos creadas por Dios, quiere escondernos, disminuirnos, confundirnos. No quiere que sepamos quiénes somos, como (hijas de Dios) porque sabe si cada una lo tiene claro, perderá su batalla y su estrategia ya no tendrá éxito.

Una de las razones por la cuales nos agotamos tanto, es debido a esta lucha diaria que no se ve, (porque es espiritual) pero sí se siente. Por ello terminamos agotadas, por causa del bombardeo diario de información, que busca que escuchemos, veamos y sintamos etc., todo lo que nos confunde y ataca nuestra identidad. De lograrlo, nos entrega identidades falsas y nos promete tener una vida feliz a través de ellas.

Cuando nos encontramos en este periodo de confusión, somos presas fáciles, el perfil perfecto para ser engañadas. Déjame decirte que Satanás no es tan poderoso como Dios. Quiero hacer esta declaración: aunque él distorsiona, pervierte y confunde lo que Dios crea, y logra que nosotras demos más valor al dinero, a la belleza física, a la dependencia emocional y sexual, al poder, a estándares de mujeres que ni siquiera existen, Jesús tiene el poder de volverte a traer de la confusión a la verdad.

Déjame decirte que Satanás no es tan poderoso como Dios. Quiero hacer esta declaración: aunque él distorsiona, pervierte y confunde lo que Dios crea, y logra que nosotras demos más valor al dinero, a la belleza física, a la dependencia emocional y sexual, al poder, a estándares de mujeres que ni siquiera existen, Jesús tiene el poder de traerte de nuevo de la confusión a la verdad.

¿Sabes qué usa Satanás para hundirnos en la confusión?

– Usa el dolor y el trauma de lo que pudo haberte pasado para lograr enojarte, amarrarte, y llenarte de odio y dolor hacia los demás y hacia ti misma. Por eso sientes muchas veces que te odias, pero lo que nadie te ha dicho es que si lo haces estás faltando a tu creador a quien te pensó, diseñó y compró por amor.

Tú creaste mis entrañas, me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo por que soy una creación admirable. Salmo 139: 13-14.

– Usa los medios de comunicación.

Cuando veo en redes sociales los perfiles de mujeres como las que yo quiero ser, mi mente se llena de falsedades acerca de mi identidad. Entonces empiezo a anhelar su estándar de ropa, su dinero, su fi gura física. Ahí entregué mi identidad.

También con pensamientos de fracaso que pone en mi mente (Entonces pienso, siento, digo hago). En adelante camino con el fracaso de la mano y un letrero que dice: NO SOY SUFICIENTE.

Aprender a vivir nuestra identidad en Cristo es una necesidad urgente para estos tiempos. En el Nuevo Testamento hay 35 verdades que tratan sobre nuestra Identidad en Cristo. Hoy quiero hablarte de ellas de manera que puedas entender que tu identidad no se negocia, porque quien te la otorgó se llama Jesucristo y la dejó escrita en Su Palabra, que es verdad y vida para que cada una de nosotras. Si aprendes a afirmarla y retenerla, será tu escudo protector con el que caminarás en la vida.

Quiero compartirte cinco de ellas, presentes en 1 Pedro 2:9-10. Tómate el tiempo de buscar las demás en la palabra de Dios cuando estés en la intimidad de tu casa.

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido. 1ª Pedro 2: 9-10.

En Cristo, Dios te acepta por completo

Las heridas más profundas suelen venir del rechazo, porque el rechazo duele mucho, todos luchamos desde niños para ser aceptados. Aquí hay dos verdades en las que quiero hacer énfasis:

Pueblo elegido por Dios.

¡Wow! Nada menos elegidos. ¿Sabías eso? ¿Sabías que eres elegida? Efesios 1:4 lo reafirma.

Jesús nos hizo aceptables con su muerte en la cruz. No se basa en mi desempeño o en lo que yo haga, sino en lo que Jesús hizo en la cruz, murió por amor a ti. (Tito 3:7).

Eres valiosa

1ª Pedro 2:9. Ustedes son una nación santa y un pueblo que pertenece a Dios.

¿Qué le da valor a alguien? La pertenencia, quién es el dueño. ¿A quién perteneces tú? Toma un tiempo para revisar los siguientes pasajes y aprópiate de ellos: Deuteronomio 7:6, Isaías 43:5, Lucas 12:24, 1ª Corintios 7:23.

Tú eres la hija de un Rey, ¿cuánto crees que vales? Todo… El mayor rescate pagado fue en la Cruz. Jesús Vino a la tierra por ti y por mí a pagar un alto precio.

Hoy Dios quiere que entiendas y reafirmes la única verdad: eres infinitamente amada y valiosa para Dios. Basta con que mires la cruz, allí hay brazos extendidos ya no para sacrificio y muerte si no el abrazo mismo del padre que te dice que te ama y eres valiosa.

Serás amada por siempre

1ª Pedro: 2:10. Antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios. Le pertenecemos a alguien, no tenían identidad, ahora sí.

Cuando aceptas a Cristo, haces parte de manera inmediata de la familia de Dios (La iglesia). Revisa los siguientes pasajes para que comprendas el amor inagotable de Dios: Hebreos 2:11, Jeremías 31:3, Salmo 100:5.

Has sido totalmente perdonada

1ª Pedro 2: 10b. Antes no había recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.

¿Sabías que antes de tu misma creación Él ya sabía qué ibas a hacer y aun así te ama?

La buena noticia es que en Cristo mis pecados se borran por completo, no importa con lo que hayas cargado hasta hoy. Eso se llama GRACIA. Cuando tú pecas, Dios no lo guarda, lo deja ir por tu genuino arrepentimiento.

Has sido perdonada porque es parte de la naturaleza de Dios perdonar.

Aprende más sobre el perdón de Dios en: Romanos 8:1, Isaías 43:25, Efesios 1:7.

Eres totalmente capaz

No eres incompetente, no eres inútil, no eres bruta, no eres un don nadie, no te faltan neuronas. Eres totalmente capaz de hacer lo que Dios pensó para ti y te dotó con lo suficiente para lograrlo.

(1ª Pedro 2:9) Ustedes son…sacerdotes al servicio del Rey. el los eligió para que anuncien las poderosas obras, de aquel que los llamo a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.

Como Hijas de Dios somos revestidas de manera especial. Somos escogidas y Dios nos dota con la capacidad de cumplir el propósito con el que fuimos creadas. Nos eligió para compartir de Cristo a otros con ejemplo, santidad, pureza. Nos llamó a ser contraculturales, porque seguir los mismos patrones del mundo puede destruirnos. La Biblia dice que eres capaz. Soy capaz porque CRISTO VIVE EN MÍ, repítelo. Hechos 26:18, 2ª Corintios 3: 5b-6, Filipenses 4:13.

Muchas personas viven con una corrosiva sensación de inseguridad en sí mismas: “es que no estoy a la altura o no soy suficiente o capaz”. ¿Dónde recogiste los engaños de que no eres capaz? ¿En tu hogar? ¿en el colegio, en la universidad, en tu trabajo? ¿Cómo mamá o esposa? Reemplaza esas mentiras con lo que Dios dice de ti, lo demás no tiene valor.

Si fuiste rechazada de niña, o no recibes palabras de afirmación sino palabras de que eres insuficiente, si te compraran con otros, si aún eres blanco de rechazos con palabras y actitudes que te disminuyen, déjame decirte que quedas libre de todas esas mentiras al mismo instante de creer, en lo que Dios dice de ti, empieza a traer verdad a tu vida. Haz tarjetas de afirmación que puedas leer cada mañana donde recuerdes lo que Dios dice de ti y mantenlas cerca. Rodéate de gente que te valore, y aférrate a la verdad mientras Dios obra en tu contexto.

Foto: Jcomp – Freepik 

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