Hogar ordenado, fuera caos

por Revista Hechos&Crónicas

¿Ha escuchado que tener un hogar desordenado genera estrés o que el orden de su hogar es un reflejo de cómo están sus emociones? Esta podría ser la premisa de una mamá para lograr que sus hijos ayuden con la limpieza, pero no. H&C le cuenta qué tanto el orden puede traer beneficios a su vida.

Ciertamente, el orden y el aseo son esenciales en un hogar. De esta manera, las cosas funcionan de una mejor forma, pues facilitan los procesos y brinda una sensación de tranquilidad. Pero esto no es gratis, la Biblia nos da pistas sobre la percepción de Dios frente al orden.

De hecho, el apóstol Pablo dice claramente…porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz. 1 Corintios 14:33. De este versículo tan corto podemos sacar dos conclusiones:

  1. Dios disfruta el orden

Desde la creación vemos cómo Dios disfruta el orden, pues separó la luz de las tinieblas y dio un lugar para cada cosa. Además, cuando analizamos sus mandatos (como la construcción del arca de Noé, del tabernáculo o del templo, la salida de los israelitas de Egipto, etc.), podemos notar que el orden es parte importante del carácter de Dios. Sus instrucciones siempre son precisas y organizadas. De hecho, con solo mirar a nuestro alrededor, podemos ver cómo todo en la creación fue elaborado con estricto orden. Vamos más allá, si analizamos el cuerpo humano o incluso el funcionamiento de nuestro planeta podemos ver que todo fue puesto con absoluta precisión: la temperatura, la acidez, la concentración de oxígeno. De hecho, nuestros cuerpos pasan la vida manteniendo las condiciones precisas en cada una de las células que nos componen para preservar la vida.

Definitivamente esto no es azar, es una elaboración precisa y equilibrada de un diseñador inteligente. Y si eso hizo para que fuera posible nuestra vida, ¿no querrá que vivamos de esa manera también?

En este mundo nos han engañado al decirnos que ser ordenados nos vuelve aburridos, acartonados, obsesivos, etc. Es verdad que existen patologías conocidas como Trastorno Obsesivo-Compulsivo o TOC, asociadas al orden y la limpieza, pero ese es otro asunto. Vivir de manera ordenada no nos vuelve menos alegres, por el contrario, nos permite disfrutar de lo que tenemos con mayor tranquilidad.

Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden. 1 Corintios 14:40.

  1. El orden trae paz

Cuando tenemos un espacio (o la casa entera) sumido en el desorden y pensamos en ordenar, lo menos que sentimos en paz. Las labores del hogar, por ejemplo, nunca terminan.

Siempre hay que barrer, organizar, limpiar, lavar ropa, platos, etc. Parece no tener fin… y cuando logramos terminar todo, termina también el día y al siguiente, todo comienza otra vez. Es como un hoyo negro que nos absorbe y se roba nuestro tiempo y energía y por su puesto, no nos trae para nada paz.

Paro hagamos el ejercicio, busquemos imágenes de espacios perfectamente ordenados y analizamos qué nos transmite… ¡pues paz! Colosenses 3:23 dice: Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. El orden es un acto de adoración a Dios.

Es mayordomía, es saber manejar adecuadamente lo que tenemos en el exterior, que refleja lo que sentimos en nuestro interior. Si estamos en paz con Dios, en una relación diaria e íntima con Él, si sabemos confiar en Él y entregamos todas las áreas de nuestras vidas, comenzaremos a ver la necesidad de tener orden.

Cuando tenemos un área en la vida en desorden, lo más seguro es que no se la hemos entregado a Dios. Puede verse como algo simbólico, pero pasa lo mismo en el hogar. Si vivimos entre el desorden, esto puede ser sinónimo de que algo no está bien en nosotros.

El Instituto de Princeton de Neurociencia descubrió que “las personas con hogares desordenados experimentaron un cansancio más alto como resultado del estrés producido por un ambiente amontonado. Además, como el desorden dificulta la concentración y la habilidad de procesar la información, se debe aplicar más fuerza y gastar más energía en las tareas cotidianas. Darse cuenta del desorden existente y enojarse por eso puede desgastar el estado mental. Y es más probable sentir frustración y tomar malas decisiones que teniendo una casa limpia y ordenada”.

Es claro que tener orden en el hogar no solucionará todos nuestros problemas, pero sí brindará una sensación de bienestar y tranquilidad.

¿Cómo mantener el orden?

Tener nuestro hogar limpio y ordenado no es tan difícil. Simplemente se trata de un compromiso diario con Dios y con nosotros mismos. Hechos&Crónicas trae algunos tips que harán más fácil mantener el orden.

– Establecer un lugar para cada cosa. Así, cuando se usen, podrán regresar a un lugar específico y no estar arrumadas estorbando por toda la casa.

– Despedirse con regularidad de lo que no se usa. Siempre tenemos cosas que ya no usamos y guardamos por un tiempo, pero afuera hay gente que puede darles un uso inmediato.

– Establecer un tiempo para limpiar y ordenar. Puede ser uno o dos días a la semana o uno cada dos semanas. Lo importante es que todos en casa sepan que ese es el día de ordenar y limpiar, se mentalicen y colaboren.

– No tener secretos. Cuando nos acostumbramos a tener cosas guardadas debajo de la cama o en lugares ocultos que nos daría vergüenza mostrar a las visitas, creemos que en algún momento podremos sacarlas. La verdad siempre sale a la luz, por eso es mejor no tener ningún espacio de estos en nuestro hogar.

– Utilizar cajas o canastos. En el mercado se encuentran a buenos precios cajas plásticas grandes o canastos que podemos organizar en cada espacio. Por ejemplo, una caja para artes que contenga los pinceles, paletas, etc. Así, cuando alguien tenga que pintar, solo tendrá que ocuparse de la caja y no de buscar y luego ordenar cosas por toda la casa.

– Tener menos cosas. Gran parte de nuestro desorden se debe a la acumulación de cosas que no necesitamos. De hecho, cuando vemos esas famosas imágenes de espacios ordenados vemos que se aplica la premisa de “menos es más”.

– ¡Ayuda! Aprendamos a pedir ayuda sin temor. No se trata de que alguien haga el trabajo por nosotros, pues tratándose de nuestra casa, nadie lo hará mejor. Pero la Biblia dice en Tito 2:4 que las ancianas enseñen a las jóvenes a ser cuidadosas de su hogar. Así que es bueno buscar ayuda, pedir tips, ideas y ánimo en personas que consideremos tienen gran sabiduría.

Por: María Isabel Jaramillo – isabel.jaramillo@revistahyc.com

Foto: Tina Dawson – Unsplash

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