La fe de los astronautas

por Revista Hechos&Crónicas

“La huella más importante  del hombre no está en la Luna” Neil Armstrong

La llegada del hombre a la Luna fue uno de los acontecimientos más a importantes de la historia a nivel mundial. Hechos&crónicas destaca la vida de los astronautas que han pisado la Luna con su mirada fija en Jesús.

El 16 de julio de 1969, en horas de la mañana, una intensa llama roja del cohete Saturno 5 impulsó la nave conocida como Apolo 11 al espacio a 40.000 kms/h. La nave, fue quemando etapas y desechando cada uno de los tres módulos que lo componían a medida que agotaban el hidrógeno y el oxígeno líquido.

El domingo 20 de julio, la nave espacial Columbia estaba dentro de la órbita lunar. Los astronautas Buzz Aldrin y Neil Armstrong se dirigieron al Eagle, mientras Michael Collins que permaneció en la nave principal, les cerraba la compuerta a sus espaldas. Apolo 11 consiguió con éxito su misión al aterrizar su LEM, el módulo lunar «Eagle» (en honor al animal representativo del país), en el Mar de la Tranquilidad, lugar elegido para ese primer alunizaje. Eran las 22:56 horas. En la superficie de la Luna estuvieron 21 horas, 36 minutos y 20 segundos.

Las primeras palabras que la televisión retransmitió de Armstrong, fueron: «Estoy al pie de la escalerilla. Las patas del Águila sólo han deprimido la superficie unos cuantos centímetros. La superficie parece ser de grano muy fino cuando se ve de cerca. Es casi un polvo fino, muy fino. Ahora salgo de la plataforma».

Buzz Aldrin fue el segundo hombre en pisar la Luna. También tuvo su momento de gloria ante las cámaras de televisión. «Desde aquí se aprecia un panorama bellísimo. Es un poco parecido a algunos desiertos de los Estados Unidos», comentó.

Armstrong, un hombre de fe

El 25 de agosto de 2012 falleció a los 82 años el astronauta estadounidense Neil Armstrong, luego de haber presentado complicaciones tras una operación cardiaca. A lo largo de su vida fue condecorado en 17 países y fue receptor de los honores más importantes que se conceden en EEUU, entre ellos la Medalla Presidencial de la Libertad (la distinción más alta que puede recibir un civil en Estados Unidos), la Medalla de Honor Espacial del Congreso de Estados Unidos y la Medalla de Oro del Congreso. Recordemos que Armstrong llegó a la NASA tras un brillante historial militar que incluye 78 misiones de combate como piloto naval en Corea.

“A diferencia de Gagarin, Armstrong era un hombre muy religioso y profundamente cristiano. Quizá la historia más conocida en ese sentido es la que sucedió en Jerusalén en 1988 cuando Neil visitó Jerusalén ese año, y le pidió a Thomas Friedman, un profesor experto en arqueología bíblica que le hizo de guía por la ciudad, que le llevase a un lugar donde pudiese tener la certeza de que había caminado Jesucristo.

Una de las alumnas de Friedman, Ora Shlesinger, ha relatado la historia más de una vez, llevó a Armstrong a los restos de escaleras del templo construido por Herodes el Grande que aún se conservan. -Estos peldaños constituían la principal entrada al templo-, le dijo: -No hay duda de que Jesús subió por ellos-.

Armstrong se concentró entonces profundamente y oró durante un rato. Al terminar, se volvió a Friedman, y, emocionado, le dijo: -Para mí significa más haber pisado estas escaleras que haber pisado la Luna-“, cuenta el portal religionenlibertad.com.

Buzz Aldrin, celebró la Santa Cena

“Entre los tripulantes del Apolo 11 que llegaron a la Luna, está Buzz Aldrin, anciano de una iglesia presbiteriana en Houston (Webster Presbyterian Church), que ha dado muchos astronautas. Su pastor Dean Woodruff le sugirió llevar unas pequeñas bolsas de plásti co con pan y vino, para celebrar la Santa Cena en la Luna, con una copa –que está hoy en la iglesia, y se usa ese día, una vez al año–. Lo hizo leyendo unas palabras del Evangelio, que tenía escritas en una tarjeta –vendida en una subasta en el 2007–: Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. Juan15:5. Aldrin dice que “luego dio gracias por la inteligencia y el espíritu que había traído a dos jóvenes pilotos al Mar de la Tranquilidad”. Todo ello en los minutos de silencio, que no transmitió la radio. El suceso lo cuenta en la entrevista que publicó la revista Life en agosto de 1969.

James Irwin, asombrado con el poder de Dios

Otro hombre en pisar la Luna fue el evangélico James Irwin (1930-1991) –en el Apolo 15–, que la recorrió por primera vez en un vehículo todoterreno en 1971. Al año siguiente fundó una organización cristiana con un pastor bautista, en Colorado Springs High Flight, para hablar de “cómo sintió el poder de Dios como nunca antes”. El texto que más usaba cuando hablaba en iglesias por todo el país, es en el que meditó al recorrer los montes de la luna: A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Salmo 121:1.

John Glenn, un cristiano comprometido

Fue el segundo en volar al espacio y el primero en orbitar la Tierra. Cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1999 dijo a la cooperación internacional: “soy presbiteriano, protestante, y tomo mi religión muy en serio, de hecho… Fui criado creyendo que somos puestos en la Tierra con una propuesta de más o menos el 50%, Y eso es en lo que todavía creo hoy. Somos puestos aquí con ciertos talentos y capacidades, que depende de nosotros usarlos lo mejor que podamos. Pero cuando lo hacemos, pienso que hay un poder mayor que cualquiera de nosotros, que pone las oportunidades en nuestro camino, si usamos nuestro talento adecuadamente, y vivimos el tipo de vida que debemos vivir”.

Foto: NASA

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