Y tu… ¿Por qué camino vas?

por Revista Hechos&Crónicas

Muchas veces creemos que el camino por el que escogimos andar es el correcto, pues consideramos que los sentimientos y las emociones nos conducen a hacer las cosas bien. Pero cuidado, no te fíes de ellas, tal vez podrías estrellarte.

¿El camino A, o mejor el B? ¿El camino fácil o el difícil? ¿Me arriesgo a hacer esto, o lo otro? ¿Será que está bien o mal? ¿Y si me dejo llevar? ¿Y si mejor busco a Dios? Estas son algunas preguntas que la mayoría nos hacemos a lo largo de nuestra vida. Muchas veces nos desenfocamos, perdemos el rumbo, nos desviamos, y terminamos dándonos contra el piso porque todo lo hemos hecho mal.

La vida es como un viaje, y cada uno de nosotros es el conductor responsable que va por ese camino que hemos escogido. De nosotros depende que lleguemos a puerto seguro. ¿A qué velocidad vas? ¿Vas por la ruta adecuada?

Éxito Vs. fracaso

¿Alguna vez has leído el Salmo 1 con detenimiento? Este es un pasaje de la Biblia donde podemos conocer los beneficios que obtiene una persona cuando va por el camino correcto.

Tres cosas que NO hace un exitoso…

  1. No sigue el consejo de los malos.
  2. No se detiene en la senda del pecado.
  3. No cultiva amistad con los irreverentes.

Tres cosas que SÍ hace…

  1. Conoce la ley del Señor.
  2. Se deleita en la Palabra de Dios.
  3. Medita en ella de día y de noche.

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Josué 1:8.

Tres beneficios que recibe

  1. Es como árbol plantado a la orilla de un río.
  2. Cuando llega su tiempo da fruto
  3. Todo cuánto hace prospera.

¿Qué les pasa a los que van por el camino malo?

  1. Son como paja, como polvo que los arrastra el viento.
  2. Cuando sean juzgados, nada los salvará.

Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición. Salmo 1:6.

Básicamente tenemos solo dos caminos en la vida: el recto y el errado, es decir, el derecho o el torcido, el de vida o el de muerte. Mejor dicho, existe un camino por el cual van los sabios y otro por el que van los necios. Pero ojo, porque muchas veces suponemos que ese que escogimos podría ser el correcto y ¡no es así! Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. Proverbios 14:12. En el camino de la justicia se halla la vida; por ese camino se evita la muerte. Proverbios 12:28.

Conducir sin rumbo pone tu vida en riesgo

El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir… Salmo 32:8. Ten cuidado con las curvas peligrosas, las calles destapadas y las bajadas sin frenos. Ora y pide a Dios que te guíe por el camino que debes seguir, no hay sea que te vayas en picada y te pase lo de Diana.

“Tenía 17 cuando conocí a Camilo, nos enamoramos profundamente. Ambos llevábamos como cinco años de cristianos y empezamos un noviazgo donde al principio caminábamos derecho y no nos dejábamos ganar por las tentaciones… pasaba el tiempo, y me olvidé de los límites, así que mi con mi novio le abrimos la puerta a la fornicación. Nos acostamos una y otra vez. Nos dejamos llevar por las emociones y hasta por el trago. Mi vida a los 19 años se transformó en otra cosa, Dios no me importaba. Me había aburrido de tanta mojigatería y de esa pureza absurda de la cual hablaban en mi iglesia. A los 20 años, ya me había acostado con tres personas más, y hacía unos meses mi relación había terminado con Camilo. Confieso que me volví promiscua y me rodeé de malas amistades. Un día dije ¡no más! Literalmente era una flor sin hojas, contagiada con una grave enfermedad de transmisión sexual y rechazada por mis padres. Conduje mal y me estrellé. Aunque me arrepentí delante de Dios por lo que hice, estoy pagando las consecuencias. Casi no veo, la sífilis invadió mi cuerpo, me estoy quedando ciega”, cuenta Diana a Hechos&Crónicas.

¿Cómo conducir por el camino correcto?

La historia de Diana se convierte en un espejo para muchos que tal vez no quedan con una enfermedad venérea, pero sí con una enfermedad emocional que también afecta  su sexualidad y quedan con un espíritu apagado y esclavizado a causa del pecado.

Es común experimentar momentos de confusión a la hora de escoger un camino: un trabajo, novio(a), viaje, casarse, tener hijos, estudiar, invertir, ahorrar, etc. Esto también aplica si te vas con Dios o escoges el que te lleva al pecado. «Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo. 1 Corintios 10:23.

Que no te pase lo de Jonás

Jonás era un creyente que servía a Dios, y de un momento a otro perdió la brújula, su rumbo y terminó siendo comido por un gran pez por no haber obedecido a Dios. Los que son como este personaje viven con la posibilidad de que alguien los va a sacar adelante y se olvidan de Dios. No te gastes el tiempo esperando a que alguien te ayude cuando podrías haber invertido ese tiempo en buscar al que de verdad te iba a ayudar: Dios.

Si te has estrellado, si has escogido el camino incorrecto, admítelo y no te preocupes. Dios es un Dios de segundas oportunidades. Una vez que hayas aceptado que estás por el camino equivocado, detente, da un giro de 180° y date otra oportunidad. Recuerda que Dios es el secreto de tu felicidad y la clave del éxito.

Para escoger el camino correcto sigue estos pasos:

  1. Pon tu mirada en Dios. (Ver: Juan 14: 6).
  2. El pastor Darío Silva-Silva siempre expone esta premisa clara y contundente: “si no es necesario, si no es conveniente, si no es oportuno, las tres cosas al tiempo, ¡abstente!”.
  3. Recuerda que tú eres 100% responsable del camino que escoges. (Ver: Eclesiastés 12:14).
  4. Ora, clama a Dios. (Ver: Mateo 6:6).
  5. Lee la Biblia: (Ver: Salmo 119:105).
  6. Busca consejo: (Ver: Proverbios 13:20).
  7. Espera y confía a Dios: (Ver: Proverbios 3:5-6).
  8. Disponte a hacer Su voluntad: (Ver: Romanos 12:2)
  9. ¡Elige el camino que vas a seguir! (Ver: Salmos 28:7).
  10. Agradece a Dios. (Ver: Salmo 118:29).

Versículo para memorizar: Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré. Isaías 46:4.

Por: Jennifer Barreto – @BarretoJenn

Foto: 123RF

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