Un amigo fiel es de las cosas más valiosas que puedes tener en la vida, un amigo es un tesoro. Es una persona que escogiste o con la que tal vez coincidiste en un punto de tu vida y encontraron tantas cosas en común que se volvió importante para ti, o por el contrario no tenían nada en común y eso los unió aún más. Sin duda tener amigos es esencial en la vida de una persona, te llena de alegría, te consuela en momentos difíciles, te sigue la corriente momentos divertidos y te aconseja cuando la has embarrado.
Pero encontrar una persona con la que reír y llorar, que esté ahí para ti sin importar las circunstancias es cada vez más complicado, las personas ahora tienen miedo al compromiso y no solo sentimental amoroso, sino a comprometerse en una amistad.
A lo largo de la vida solemos tener muchos amigos, los del barrio, los del colegio, los de la universidad, trabajo, y así por cada etapa de la vida que pasamos. Vamos sumando amigos pero no todos son cercanos, como los que saben que te rompió el corazón o que te hizo en extremo feliz. Esta “exclusividad” solo la tienen unos pocos en los que confías a ojo cerrado, son ellos los que se convierten como tus hermanos, que son fieles y están en tu vida sin importar las circunstancias, estos son tu amigos Proverbios 18: 24: Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.
Lo importante en la amistad no es la cantidad sino la calidad, porque no se necesitan muchos amigos pero sí unos cuantos buenos que te sumen. Porque si se trata de cantidad podemos dirigirnos a Facebook y tus 800 “amigos” o a tus seguidores de Instagram, ¿esos son los amigos que tienes? No lo creo, son un simple número que no estará ni te acompañará cuando los necesites. Pero los amigos con los que estás verdaderamente conectado y comprometido estarán allí. Ser amigo requiere un compromiso. Si quieres que no sea una relación superficial debes estar dispuesto a seguir adelante a pesar de los momentos difíciles.
Pero, ¿qué pasa cuando a pesar del esfuerzo la amistad se acaba? A veces debemos decir adiós por bien nuestro o de la otra persona. Seguro que en tu vida has perdido muchos amigos o has terminado alejándote de ellos por diferentes motivos.
¿Por qué se termina una amistad?
Ya no es buena influencia para ti: Es triste darse cuenta de esto, pues un amigo se convierte en una persona importante para ti, pero hay un límite para todo y si llega el tiempo donde sabes que es tiempo de dar un paso al costado por tú bien, hazlo. Dolerá, claro, tal vez no sea una mala persona, pero si esa amistad te lleva a negociar tus valores y tus principios es momento de decir adiós. Los justos dan buenos consejos a sus amigos, los perversos los llevan por mal camino. Proverbios 12:26.
Envidia, celos y comentarios mal intencionados: Lastimosamente esto ocurre muy a menudo en una relación de amistad, comentarios “constructivos” que lo único que hacen es herir a la otra persona, palabras que no afirman a tu amigo y que critican lo que él es y su esencia y llegar a celar porque tiene más amigos son unos de los síntomas de alerta que te indican que debes tomar distancia. Si te sientes herido, reprimido y que no puedes ser tú con tu amigo busca otro lugar donde estar porque puedes estar involucrado en una amistad tóxica. Los que no tienen a Dios destruyen a sus amigos con sus palabras, pero el conocimiento rescatará a los justos. Proverbios 11:9.
Traición a la confianza: La base de las relaciones es la confianza, y en una amistad aún más porque con esta persona abriste tú corazón, te mostraste vulnerable a lo que te hace feliz y lo que te entristece y por ende esperas que esto sea respetado y quede en privado entre tú y tu amigo, pero en el momento en que esto se rompe, la amistad se acaba pues el corazón queda dolido por la “traición”.
Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos. Proverbios 17:9. Muchos otros pueden ser los motivos, pero que estos son los más comunes. Ahora bien, a veces somos demasiado confiados y contamos nuestras cosas personales a todos los que dicen ser nuestros amigos, pero debemos tener en cuenta que esa confianza luego puede ser vulnerada y esta persona puede decir tus cosas a todo el mundo o puede inventar chismes con nuestra vida. Para que esto no nos ocurra tan a menudo (porque va a pasar), debemos ser cuidadosos de a quién le decimos nuestras cosas, y lo mejor es hacerlo con nuestros amigos cercanos, que en la Biblia se le llaman amigos íntimos, Jesús los tuvo y Job los tuvo.
Algo curioso que podemos añadir aquí es que en ambos casos sus amigos íntimos eran tres, quienes estuvieron en los momentos de alegría y de sufrimiento con ellos. [Los tres amigos de Job comparten su angustia] Cuando tres de los amigos de Job se enteraron de la tragedia que había sufrido, viajaron juntos desde sus respectivos hogares para consolarlo y confortarlo. Job 2:11.
Y con esto no estamos diciendo que no puedan ser más o menos, pero algo que sí es seguro es que todos esperamos que nuestros amigos hagan lo mismo que hicieron los amigos de Job en ese momento, que corrieron a su ayuda cuando él más los necesitó. Esto tampoco quiere decir que ellos no le hayan fallado ni le hayan roto el corazón, pero ese momento de sufrimiento donde ellos le dieron la espalda y lo dejaron solo al final fortaleció su amistad y sin duda hizo más fuerte a Job.
Los amigos no son perfectos, pero como todo en la vida son una decisión y toda decisión trae una responsabilidad. El día que yo elijo ser amigo de alguien asumo amarlo con todo y lo que no me termina de gustar, porque el amor es paciente y aplica para la amistad. Y como soy consciente de que yo fallo todos los días y que mis acciones pueden herir a mis amigos también soy consciente de que ellos pueden llegar a herirme pero que Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa. Proverbios 27:6.
Y por último si ya no se pudo salvar la amistad lo más sabio que puedes hacer es confrontar la situación y dejar las cosas claras, porque si dejamos que “el tiempo sane” esto jamás ocurrirá pues el dolor permanecerá. Decir adiós es difícil y más cuando es a una persona que quieres pero es mejor decir adiós perdonar y soltar, y así seguir avanzando. Las cosas que pudiste aprender de esa persona aún en el dolor te ayudaron a ser mejor, y te hicieron más fuerte para lo que vendrá luego.
Por: Geraldine Avila Cifuentes – Twitter: @geralavila9
Foto: Freepik