Creer sin morir en el intento, el reto de Colombia con la libertad religiosa

por Revista Hechos&Crónicas

4 de julio, día de la libertad religiosa y de cultos, una conmemoración para fortalecer las creencias en Colombia.

La Convención de los Derechos Humanos y la Constitución Política de Colombia de 1991 buscan garantizar la libertad de cultos y establecen, como un derecho fundamental, que toda persona puede profesar libremente su religión y difundirla. Este 4 de julio se celebra el día de la Libertad de Cultos en Colombia y es una oportunidad para brindar un panorama actual sobre las creencias y creyentes tras la implementación de la primera Política Pública de Libertad Religioso en el país.

La primera vez que se celebró el día de la libertad religiosa y cultos coincidió con la conmemoración de los 500 años de la Reforma Protestante. “El año pasado con la expedición del decreto 1079 del año 2016 el 4 de Julio es el Día Nacional de la Libertad Religiosa y de Cultos, donde de manera pacífica fomentando un lenguaje de amor, paz y reconciliación estamos celebrando el día Nacional de la Libertad Religiosa y que el sector interreligioso está presente para ayudar a construir país y está presente para fomentar mejores valores principios y construir sociedad, para nosotros es muy importante que esta celebración que es única, porque 500 años no se celebran siempre, estemos de la mano con ellos y hemos venido acompañando”, explicó en 2017 Lorena Ríos, que más tarde se convertiría en la primera directora de la Oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior.

Tras esta primera celebración se aceleró el trabajo entorno a la socialización, concertación y elaboración de la primera política pública nacional de libertad religiosa en todo el territorio colombiano, a través del decreto 437 del 2018. Otro de los grandes avances, fue la inclusión del sector religioso en el Plan Nacional de Desarrollo a nivel nacional.  Hoy en día, este trabajo se ha visto reflejado en todo el país. Con el paso del tiempo y de las socializaciones de esta política pública con líderes religiosos, alcaldes y gobernadores y funcionarios del orden nacional relacionados con los derechos humanos, las creencias y religión.

El Presidente Juan Manuel Santos firmó en 2016 el decreto que establece el Día Nacional de la Libertad Religiosa y de Cultos. Foto: César Carrión – Presidencia de Colombia.

“Considero que ésta última década ha sido significativa frente a los avances del reconocimiento del ejercicio de la libertad religiosa  a través de política públicas que están reconociendo hoy, no sólo a las iglesias, sino a todo un sector religioso como actor social clave en la transformación de las comunidades y la sociedad colombiana. Ello lo refleja no sólo la expedición de tres (3) resoluciones por la cual se creó la Mesa Nacional de Asuntos Religiosos; la Red Académica para la garantía de la libertad religiosa y el Primer Banco de Iniciativas Interreligiosa – BIIR; de cinco (5) Decretos Presidenciales (Que establecieron las certificaciones online y gratuitas; la adopción de la primera política pública nacional de libertad religiosa; la creación de la primera dirección de asuntos religiosos; la creación del cargo de director(a) de asuntos religioso; la creación de parámetros para celebración de nuevos convenios de derecho interno público); y la inclusión de la libertad religiosa en el anterior y en el actual plan nacional de desarrollo (Planes de Desarrollo 2104-2018 y 2018-2022)”, explicó Lorena Ríos a la Revista Hechos&Crónicas.

En la actualidad, ya son más de 16 los departamentos que cuentan con mesas departamentales del sector religioso y más de 14 alcaldías las que han creado comités de libertad de creencias y cultos a nivel local para enfocar el trabajo con los creyentes, pastores y líderes religiosos.

A nivel nacional son varios los ejemplos de políticas públicas de tipo religioso llevadas a la práctica en los gobiernos departamentales y locales en el cumplimiento de los lineamientos de esta política pública nacional. Uno de ellos fue la creación del Comité Intersectorial de Libertad de Creencias y de Cultos por parte de la alcaldía de Medellín (Antioquia) y el concejo de esta ciudad con el acompañamiento del MinInterior.

El otro ejemplo en este campo es el Valle del Cauca. En octubre del 2020, la gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán González, anunció la creación de la Dirección Departamental de Asuntos Religiosos e informó que de los 42 municipios del Valle del Cauca, 36 ya tenían un comité municipal de libertad religiosa, cumpliendo la Ordenanza 422 de 2016, en el que se adoptó la Política Pública de Libertad Religiosa en el Valle. Este departamento sería la sede de la primera Cumbre Nacional de Libertad Religiosa en diciembre del 2020.

A la fecha, el MinInterior y su oficina de Asuntos Religiosos han realizado talleres pedagógicos de implementación de la Política Pública Integral de Libertad Religiosa y de Cultos en todos los departamentos y ciudades del país, entre los últimos que se han realizado han sido en Cúcuta (Norte de Santander), Florencia (Caquetá), Pasto (Nariño), Armenia (Quíndio), San José del Guaviare (Guaviare), San Andrés y Providencia, entre otras ciudades y municipios.

En el caso de la capital colombiana, Bogotá fue la primera ciudad de Colombia en tener una política pública de libertad de cultos definida y puesta en marcha.  “Creemos en el valor de las confesiones religiosas y de la dimensión espiritual como un referente de la dignidad humana. La primera Política Pública de Libertades Fundamentales de Religión, Culto y Conciencia de Bogotá respeta todas las creencias religiosas, reconoce el papel fundamental que cumplen con sus proyectos sociales y destaca el aporte en la reducción de desigualdades sociales. Fue un proceso de construcción de la Política Pública de Libertades Fundamentales de Religión, Culto y Conciencia donde participaron más de 500 líderes religiosos”, aseguró el secretario de Gobierno de Bogotá, Miguel Uribe Turbay, durante el lanzamiento de esta política religiosa en 2018.

Lanzamiento de la Política Pública Libertad Religiosa en Bogotá en mayo del 2018. Foto: David Bernal – Revista Hechos&Crónicas.

Esta Política Pública de Libertades Fundamentales de Religión, Culto y Conciencia para la capital se encuentra actualmente en su fase de implementación y su vigencia es de diez años (2018-2028). En este camino, la Alcaldía Mayor y las alcaldías locales han capacitado a los funcionarios en la promoción de la libertad religiosa y realizado talleres en los barrios como parte de las acciones de dicha implementación. Igualmente, se han establecido Comités Locales de Libertad Religiosa, Culto y Conciencia en las localidades de Kennedy, Bosa, San Cristóbal, Usaquén, Tunjuelito, Engativá, Teusaquillo, Los Mártires y Suba, este último fue uno de los más recientes en crearse.

El pasado 30 Marzo del 2021, la Alcaldía Local de Suba creó el Comité Local de Libertad Religiosa, Culto y Conciencia mediante el decreto 004 de 2021. “Es una realidad el Comité Local de Libertad Religiosa, Culto y Conciencia, instancia que nos permitirá territorializar y materializar la política pública. Seguimos construyendo comunidad conjuntamente bajo el respeto y el derecho de cada persona a profesar su religión”, aseguró Julián Andrés Moreno Barón, alcalde local de Suba.

Libertad religiosa en Colombia, derecho con muchos retos que afrontar

El pastor Edgar Castaño Díaz, director de la Confederación Evangélica de Colombia (Cedecol) señaló que se lucha por hacer válida la Política Publica en todas las regiones del país pero aún falta mucho. “Hemos logrado algunos alcances en materia de libertad religiosa en el país y hoy en día somos reconocidos como grupo religioso en Colombia pero en cuanto al respeto y a tener en cuenta a los cristianos en temas importantes para la nación, eso todavía no se ha dado pero es un proceso que poco a poco se tiene que ganar. En Colombia se cree que solo existe una iglesia confesional y eso es precisamente desconocer la libertad e igualdad religiosa, tenemos libertad y se habla de igualdad pero no hay equidad religiosa”, explicó Castaño a la Revista Hechos&Crónicas.

Sin embargo, los recientes informes de organizaciones internacionales no gubernamentales como Open Doors y The Voice of the Martyrs, así como el informe de libertad religiosa de la Oficina Internacional de Libertad Religiosa del Departamento de los Estados Unidos dejan mal parada a Colombia en cuanto a la libertad religiosa de municipios y regiones remotas del país.

The Voyce Of the Martyrs, una organización misionera interdenominacional sin fines de lucro, advierte que predicar a Cristo en Colombia es “compartir el evangelio en algunos de los lugares más peligrosos para los cristianos en la tierra” y señala que “Los pastores de las “zonas rojas” de Colombia (áreas controladas por grupos militantes en lugar del gobierno) no se han beneficiado significativamente del tratado de paz del gobierno de 2017 con las guerrillas marxistas. Si bien las guerrillas ya no están afiliadas oficialmente a las FARC, continúan oprimiendo a los cristianos y siguen involucradas en el tráfico de drogas. Los cristianos son el objetivo porque su obediencia a la Palabra de Dios les impide apoyar o unirse a las facciones violentas (guerrillas o grupos paramilitares) financiadas a través del narcotráfico y otras actividades delictivas”.

En este mismo sentido, la ONG cristiana Open Doors ubica a Colombia en la posición #30 con una “persecución muy alta” en el ranking anual de los 50 países que más persiguen a los cristianos en el mundo. En su informe “The World Watch List 2021”, esta ONG explica que en la persecución a los cristianos en Colombia “Los líderes de la iglesia son amenazados, acosados, extorsionados e incluso asesinados como resultado de la violencia perpetrada por las guerrillas y otros grupos criminales, especialmente en las zonas más remotas del país. En la mayoría de los casos, esta violencia es el resultado directo de la denuncia de la corrupción y la violencia por parte de los cristianos, del trabajo en defensa de los derechos humanos y ambientales, del servicio a la juventud y de la búsqueda de la paz y la justicia, todo lo cual pone en peligro las actividades ilegales de los grupos criminales. Los cristianos son vistos como impedimentos para el reclutamiento forzoso de personas, especialmente jóvenes, en los grupos rebeldes y en el tráfico de drogas y el crimen organizado que pagan por estos grupos”.

Fuente: Open Doors – World Watch List 2021

En este listado de persecución a los cristianos, Colombia y México son los dos únicos países latinoamericanos presentes. Nuestro país subió 11 escaños con respecto al informe del 2020, lo que indica que la persecución ha empeorado “Los factores más significativos que han llevado al país a ascender en la lista son la violencia de los grupos rebeldes -incluido el regreso de un grupo perteneciente a las FARC a las actividades de la guerrilla- junto con la persecución a la que se enfrentan los cristianos indígenas que han abandonado su religión tradicional. Además, el impacto de la pandemia del COVID-19 ha afectado en gran medida a los grupos que ya eran vulnerables a las bandas criminales”, explica el informe.

Y por si esto no fuera poco, el más reciente informe de la Oficina Internacional de Libertad Religiosa del Departamento de Estado de los EE.UU. presentado en mayo del 2021 por el Secretario de Estado, Antony Blinken, explica que la persecución a pastores, sacerdotes y otros líderes religiosos continúa en diversas regiones del país, incluso llegando al asesinato de dichos representantes.

“Hubo continuos informes de los medios de comunicación y de las ONG de que grupos armados ilegales mataron y amenazaron a líderes comunitarios, incluidos miembros de grupos religiosos, y los atacaron para extorsionarlos. Debido a que muchos líderes religiosos también estaban involucrados en la política y el activismo social, a menudo era difícil clasificar muchos incidentes como basados ​​únicamente en la identidad religiosa. La Fiscalía General de la Nación informó sobre tres asesinatos de figuras religiosas entre el 1 de enero y el 21 de septiembre, presuntamente por su oposición a los grupos armados ilegales, y lesiones a otras 16 personas. Por ejemplo, el 2 de septiembre, El País informó que individuos armados en Cali asesinaron a un pastor cristiano evangélico, Silvio Enrique Ochoa Gaviria”, sostiene el reporte del Departamento de Estado.

Estas graves violaciones al derecho de creer y profesar libremente cualquier religión y creencia, son el principal reto que tiene Colombia hoy con respecto a la libertad religiosa principalmente en las ciudades y municipios más remotos de la geografía nacional.

“Se constituye en un reto para nosotros y las nuevas generaciones, el conocer, valorar e impulsar una libertad religiosa que permita derrumbar muros y construir puentes, que permitan desde nuestro aporte, construir una mejor sociedad y una mejor Colombia”, puntualizó la defensora de la libertad religiosa, Lorena Ríos.

Cifras sobre libertad religiosa en Colombia

Culto dominical en la Iglesia cristiana Casa Sobre la Roca en Bogotá liderada por el pastor Darío Silva Silva. Foto: David Bernal – Revista Hechos&Crónicas.

– 8.214 entidades religiosas han sido reconocidas formalmente por el Ministerio de Interior en Colombia a septiembre del 2020, en comparación con 7.763 a fines de 2019.

– 393 solicitudes recibió el MinInterior para el reconocimiento formal de entidades religiosas, en comparación con 771 en 2019; aprobó 343, en comparación con 481 en 2019; y diferido o denegado 12, en comparación con 32 en 2019.

– 14 talleres virtuales y presenciales dirigió el MinInterior para ayudar a las autoridades locales y organizaciones religiosas en varios aspectos de la política, con un enfoque en impuestos, instalaciones religiosas y educación.

– 4 de julio como el Día Nacional de la Libertad Religiosa.

– 19 ciudades importantes y 14 departamentos habían adoptado nuevas políticas públicas sobre libertad religiosa a fines de año 2020.

– 73% de la población colombiana es católica, el 14% protestante y el 11% ateo o agnóstico, según una encuesta de 2017 de la ONG Latinobarometer. Los grupos que en conjunto constituyen menos del 2% de la población incluyen adoradores no denominacionales o miembros de otros grupos religiosos.

– 5.500 judíos aproximadamente hay en Colombia según la Confederación Colombiana de Comunidades Judías (CJCC).

Texto y Fotos: David Bernal – Revista Hechos&Crónicas 

Otras fotos: César Carrión – Presidencia de Colombia / Open Doors 

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