Angustia y preocupación en tiempos de Covid-19

por Revista Hechos&Crónicas

En Mateo 6:19-34, Jesús enseña que las personas llenas de preocupación, ansiedad o angustia, tienen dos tesoros y dos visiones porque tratan de servir a dos señores. Las personas de doble ánimo suelen atemorizarse todo el tiempo porque se preocupan por sus tesoros terrenales que tienen dos características: primero, todas las cosas físicas a la larga decaen, (ley de entropía). La ley de la termodinámica dice que todos los sistemas progresivamente se vuelven más desordenados y a la larga mueren. Si el óxido no destruye la materia física, entonces la polilla o el comején, lo harán.

Segundo, los tesoros terrenales evocan celos, hacen que otros codicien y roben. Esto produce preocupación por la seguridad. Es difícil estar libres del afán si nos preocupamos por nuestras posesiones. Recuerde: …Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes. Lucas 12:15b.

La pregunta crucial: ¿Qué atesora en su corazón?

No hay nada malo en tener posesiones. Es el amor al dinero, y no el dinero en sí mismo, la raíz de todos los males, como dice 1 Timoteo 6:10. Pablo dijo en los versos 17 y 18: A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos. 18 Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen. No tendremos paz si tratamos de servir a dos señores. El señor al que escojamos servir nos controlará.

Jesús trató primero con nuestras posesiones, y luego pasó al asunto de nuestra provisión. Confiar en Dios en qué pasará mañana es cuestión de valía. Las aves no fueron creadas a imagen de Dios, pero nosotros sí. Las aves no heredarán el Reino de Dios, pero nosotros sí. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Mateo 6:3. Dios pone en juego su propia reputación cuando se trata de nuestra provisión.

Nuestra responsabilidad es confiar y obedecer. Nuestro Padre celestial sabe lo que necesitamos. No nos afanemos por el día de mañana, cada día trae su afán.

¿Cree que el fruto del Espíritu nos dará mayor satisfacción que las provisiones terrenales? ¿Cree que ante el hambre y sed de justicia seremos saciados? ¿Cree que Dios suplirá todas sus necesidades conforme a sus riquezas en gloria? Si creemos esto, entonces no olvide lo que dice Mateo 6:33: Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

¿Qué hacer cuando tengo angustia y preocupación?

Cristo nos ha invitado a que echemos sobre Él nuestras ansiedades porque cuida de nosotros. Esto quiere decir que tenemos que humillarnos y someter nuestra voluntad ante Él. Los siguientes pasos nos ayudarán a vencer la ansiedad:

Ore

…con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Efesios 4:6b. Alguien escribió: “ora, no hasta que Dios te escuche, sino hasta que tú escuches a Dios”.

Resuelva sus conflictos personales y espirituales sometiéndose a Dios y resistiendo al diablo.

Hágalo con arrepentimiento genuino.

Defina el problema

¿Qué es lo que le preocupa? Un problema bien definido ya está medio resuelto. Cuando las personas se sienten con ansia, los árboles impiden ver el bosque, en ese momento hay que poner el problema en perspectiva. ¿Qué es lo que importa para la eternidad? Busque consejo santo si es necesario, pero no acuda a consejo impío o a curas temporales.

Separe los hechos de las suposiciones

Las personas no sienten ansia por lo que saben; la sienten por lo que no saben.

Determine a qué tiene derecho o qué puede controlar. Su deber en la vida y sentido de valía están ligados solo a aquello por lo que usted es responsable. Si usted no está viviendo una vida responsable, entonces “debería” sentir ansiedad. No le eche a Dios su responsabilidad, Él se la devolverá. Más bien descargue sobre Él sus temores, angustias y preocupaciones. Viva una vida responsable y santa.

Haga una lista de todo lo que puede hacer relativo a la situación y que es responsabilidad suya. ¿Cómo asumir mi responsabilidad de una manera digna que recabe respeto? ¿Qué debo hacer para que sea moralmente puro, traiga paz y sea positivo y constructivo en lugar de ser negativo y destructor? El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto. Isaías 32:17.

Haga todo lo que tiene en su lista.

Comprométase a ser una persona responsable, cumpla su llamado y obligaciones. Lleve cautivo a la obediencia en Cristo todo pensamiento que no esté alineado con Dios y mantenga su mente enfocada en la verdad que es Cristo.

Oremos: Señor, vengo humildemente ante tu presencia como hijo(a) tuyo(a). Reconozco que dependo de ti, y necesito tu dirección Divina. Muéstrame las cosas por las que soy responsable, así como también por las que no. Lléname de tu Santo Espíritu y guíame a toda la verdad. Que tu paz guarden mi corazón y mi mente en Cristo Jesús; ayúdame a ser la persona que tú quieres que yo sea, echo fuera todo temor de mi vida en el Nombre de Jesús y con la unción de tu Espíritu Santo, Amén.

Por: Luis Fernando Ortegón Rubio, coordinador del ministerio Hombres de Bien de Casa Sobre la Roca.

Foto: Marjanblan – Unsplash

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